
Si en Las Tunas hoy alguien fue feliz, esa fue Yenima, jajajajaja. Así decimos hoy en mi casa, pues tengo una alegría que se contagió a mis niños.
Resulta que esta tarde, mientras caminaba por los portales de mi querida ciudad, encontré a un vendedor de paqueticos de palitos chinos. ¿Se imaginan? No los veía desde hace muchos años, cuando era niña y ese entretenimiento ocupaba las tardes-noches de mi infancia.
Sin pensarlo dos veces, lo compré; para que mis chicos vivan la emoción que me embargaba cada vez que mis dedos soltaban los 40 palitos. Mientras los enseñaba a jugar, la nostalgia me invadió. Hmmmm, pensar que han pasado tantos años, jajajajajaa.
Pero, no importa. La alegría puede más y sobre la mesa del comedor, me espera el juguete y dos jugadores.
1 comentario:
hola soy de bayamo y vivo en españa llevo años tratando de conseguir los palillos chinos y no hay manera,k envidia cuando vi q havias encontrado unos,pero ojo envidia sana,
Publicar un comentario