Uno, dos, tres, miles de patios familiares de la provincia de Las Tunas se utilizan actualmente para producir alimentos; a pequeña escala, por supuesto.
Por razones de espacio, las cosechas no son cuantiosas. Pero, evidentemente, ayudan a mejorar la dieta de cada familia, sobre todo en lo relacionado con las hortalizas y las frutas.
Cilantros, tomates, ajíes, pepinos, calabazas, rábanos y otros vegetales se unen en pequeños terrenos, atendidos por padres, abuelos e hijos.
Los meses veraniegos se caracterizan por la escasa presencia de hortalizas en los mercados, situación que se revertirá en Las Tunas a partir de este año por la culminación del sistema de organopónicos protegidos o semiprotegidos.
No obstante, es excelente la idea de muchísimas familias de sembrar en sus patios algunas variedades que harán más sabrosos los platos que se sirvan en las comidas.
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