Este martes la naturaleza regaló significativos aguaceros en todos los municipios tuneros. Y muy bien que nos hacen porque ya la tierra reseca y el polvo comenzaban a dañarnos.
Esta provincia, como casi todas, padece los efectos de la sequía por lo que la llegada de las lluvias es recibida como una bendición. Hoy la gente se muestra contenta pues parece que habrá más.
Ayer en muchos de los hogares de la provincia de Las Tunas se recogió agua del primer aguacero de mayo, respondiendo a una tradición que asegura que quien tome de esa agua no padecerá de diarreas durante los meses de intenso calor.
Aunque a mí se me olvidó esa costumbre –siempre lo hago- también estoy contenta pues de las lluvias depende una buena parte de los productos que necesitamos para alimentarnos y seguir haciendo Revolución en Las Tunas.
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