Foto tomada de Tiempo 21
A Vilma Espín Guillois la vi una sola vez. Fue a inicios de los años 90, cuando estudiaba la carrera de Periodismo en la Universidad de Oriente, en Santiago de Cuba.
Llegó de manera sorpresiva, al menos para mí. Subió a la beca y en la entrada compratió con algunas estudiantes. Yo entre ellas.
Recuerdo su voz de suave acento, su mirada curiosa y su bello pelo, moviéndose al compás del viento. Recuerdo su sonrisa franca, identificada plenamente en cada una de las muchachas que tenía enfrente.
Hoy Vilma hubiera cumplido 80 años. Hoy hubiera estado trabajando, como siempre. Hoy hubiera ayudado u orientado a alguna mujer. Hoy, que no está físicamente, su ejemplo se crece en millones de mujeres cubanas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario