Un plan conjunto entre varios organismos y organizaciones de masas se desarrolla en la provincia de Las Tunas para impulsar la protección y reproducción de variedades de frutas poco conocidas por la población.
Entre esas entidades se encuentran algunas dependencias de los Ministerios de la Agricultura y de Ciencias, Tecnología y Medio Ambiente, así como los Comités de Defensa de la Revolución, la Federación de Mujeres Cubanas y la Asociación Nacional de Agricultores Pequeños.
El cultivo de esas especies frutales tiene alto valor para los residentes en los ocho municipios tuneros por lo que implica en la producción de alimentos para las familias y por ello se incentiva a los pobladores a sembrarlas en los patios de las viviendas, escuelas, centros laborales y otras áreas.
Las especies poco comunes que se pretenden generalizar en Las Tunas son la averia o uva japonesa, acerola o ciruela china, corona de novia o grosellero de la Florida, el caimito, la pitahaya, el jambolán, la cañadonga, el huevo de aura o huevo vegetal y otras.
De igual manera se trata de incrementar variedades conocidas, que no tienen mucha aceptación como la granada, caña fístula, el caimitillo, corojo, canistel, la almendra y el dátil.
Estas variedades de frutas poseen elevados niveles de vitaminas, minerales y azúcares y se usan para la preparación de dulces, cocteles, refrescos, helados y otras golosinas; además, la mayor parte tiene numerosas propiedades medicinales fundamentalmente por sus valores antioxidantes.
Los residentes en la provincia de Las Tunas están habituados a comer frutas; pero, la mayoría de las veces son las tradicionales, que se cultivan y comercializan con frecuencia, por lo que cobra especial significación el plan que acomete la protección y reproducción de variedades de frutas poco conocidas por la población.
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