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Licenciada en Periodismo por la Universidad de Oriente en Santiago de Cuba, en el año 1994, y Máster en Ciencias de la Comunicación por la Universidad de La Habana, en el año 2009. Esta es una página personal, dedicada a mi querida ciudad de Las Tunas, en Cuba, y con las puertas abiertas a otros sitios de la provincia, que lleva igual nombre. Espero que sigamos compartiendo imágenes, historias, anécdotas y proyectos de la tierra que nos vio nacer o que nos acogió como hijos propios. Ah, ahí les dejo varias fotografías de los 8 municipios tuneros.

miércoles, 4 de junio de 2014

La magnificencia de la flor más linda de Venezuela



Barquisimeto, Lara (Venezuela).- Aunque esta ciudad es extraordinariamente bella en toda su inmensidad, los ojos de los visitantes se detienen en una obra maravillosa, que representó al país en la Exposición Mundial de Hannover, en Alemania, en el año 2000, y que diseñó el reconocido arquitecto venezolano Fruto Vivas, autor también de la Flor de los Cuatro Elementos, donde reposan los restos del Comandante Eterno Hugo Chávez.
Es un conjunto escultórico que se divisa desde muy lejos, y que en los días y las noches, adorna a la capital larense con la elegancia del cierre y la apertura de sus pétalos y los colores que irradian cuando caen las tardes y el negro pinta el cielo.
Se trata de la Flor de Venezuela, un sitio declarado en el año 2013 como Monumento Nacional y que recibe cada día a numerosas personas que llegan a Barquisimeto y que no se contentan con ver a gran distancia, sino que entran y admiran todo lo que hay en su exterior y también, en su interior.
Poco a poco se trasladaron sus partes desde Hannover y se decidió su ubicación en esta occidental ciudad, aunque es propiedad del estado venezolano.
Inaugurada en el 2008, y reinaugurada a finales de 2013, la obra resalta la diversidad biológica del país y recrea magistralmente a los Tepuyes de la Gran Sabana, en el sureste de esta hermosa nación, y a la orquídea, flor nacional, por lo que es alta la cantidad de visitantes, tal como asegura Yoemir Pérez Mendoza, coordinadora de guiatura y turismos.
“Nosotros contamos con un personal de diez guías, de martes a domingo, a razón de 150 personas cada día, y los fines de semana recibimos hasta a 500 visitantes en cada jornada. Ellos se van contentos porque tienen la atención desde el momento en que llegan. Se les explica de qué trata el monumento, cuál es su funcionamiento… También les mostramos ejemplares de nuestra fauna y flora. En fin, los tratamos con mucho respeto y cariño”.
Tras varias acciones de mantenimiento, y con una inversión de 45 millones de bolívares, en diciembre del pasado año fue reinaugurado el Monumento Nacional Flor de Venezuela, del estado de Lara, lo que ahora permite ofrecer hermosas imágenes en el interior de la instalación, así como un maravilloso espectáculo con la apertura y el cierre de sus 16 pétalos.
Su vuelta al funcionamiento ocurrió en apenas cuatro meses y fue dedicada a Hugo Chávez, artífice de la creación de la obra a partir del diseño de Fruto Vivas.
Y como es un sitio de obligada observación, los colaboradores cubanos que prestan sus servicios en el occidente del país la visitan, admirados por su elegancia y satisfechos por conocer una obra de tamaña envergadura.
“Es algo muy bello e impresionante…  Nos contaron su historia y llama la atención su recuperación… Es bonito e importante que nos traigan a lugares tan hermosos como este… Visitar estos lugares nos hace sentir más reconfortados en esta misión… Así los colaboradores nos vinculamos a la idiosincrasia y la cultura de los venezolanos… A partir de hoy valoro más la historia y la geografía de Venezuela.”
Para los cubanos, y el resto de los visitantes de esa magnífica obra, resultan novedosas las plantas tropicales que se exhiben y también los peces exóticos. Por ejemplo, las pirañas y los tembladores del río Orinoco, que generan cerca de 700 voltios cuando salen a tomar aire.  Son suficientes para iluminar una pantalla con la bandera tricolor.
Hoy el conjunto resulta sumamente atractivo y así fue para quienes estuvieron en la Exposición Mundial de Hannover y disfrutaron la más impresionante cualidad de la flor: cuando sale el sol se abre y cuando el sol se apaga se cierra; pero si está abierta y le azota el fuerte viento o llueve, ella se cierra sola.
Cuenta con miles de detalles escondidos en su inmensidad, con miles de sonrisas que dejan niños y adultos, y con miles de muestras de admiración que, a veces sin quererlo, se escapan de los labios siempre para resaltar sus valores arquitectónicos y patrimoniales; por eso, es frecuente escuchar las palabras grande, magnífica, impresionante, espectacular e inolvidable.

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Esculturas de manos tuneras en Anzoátegui



Puerto Píritu, Anzoátegui (Venezuela).- La de Israel Armando Rivero Barreda, ha sido una excelente oportunidad para demostrarse y demostrarles a los demás cuántas cosas se pueden hacer en un período de dos años porque dentro de escasas jornadas regresará a la provincia de Las Tunas, donde vive con su familia. 
Dos calendarios lleva en Venezuela, donde se crece infinitamente, hasta dejar parte de su arte y esfuerzo cotidiano, para los demás.
“En este lugar he tenido experiencias muy lindas.  Desde los primeros momentos he trabajado en comunidades; pero, cuando desarrollo los talleres con mis alumnos, veo el resultado positivo, por su deseo de participar en las clases.  También tengo un resultado de mi propio trabajo”.
Con una humildad que sobresale de sus poros, cuenta que ha podido modelar al Comandante Eterno Hugo Chávez Frías. “Esas obras están enclavadas en Petro Anzoátegui, Petro Cedeño, Petro Monagas y Petro Piar, empresas que operan la Faja Petrolífera del Orinoco”.    
El escultor tunero radica actualmente en la ciudad de Puerto Píritu, en el municipio Fernando de Peñalver, en Anzoátegui, y allá instruye a varios grupos etarios, en diferentes aristas de las artes plásticas. Los adolescentes Daniel Pérez y Bryant Lira son un ejemplo de cuánto se puede hacer si se mezclan interés, responsabilidad y un poco del buen barro que abunda en los alrededores.
Daniel: “Yo lo uso para ir avanzando más en el arte porque es algo que ayuda en la formación de jóvenes y ciertamente yo he estado en el arte desde muy pequeño sobre todo en el dibujo.  Estuve hospitalizado un año y en ese tiempo se me despertó la pasión por el arte. Ahora quisiera conseguir mi propio taller y, mientras tanto, voy aprendiendo nuevas técnicas con el profesor cubano”.
Bryant: Ha mejorado mucho mi estilo de dibujar porque antes dibujaba escondido en mi cuarto, siempre solo.  Mi mamá me llevó a la clase de dibujo y me fui soltando más. Cuando llegó el profesor cubano me mostró el dibujo y me enseñó a hacer murales y otras cosas”.
Lo hecho por sus estudiantes y por él mismo colma de satisfacción al hombre que siente sano orgullo por su actividad diaria.
“El resultado ha sido maravilloso, para mí ha sido interesante haber estado en este país dando mi modesto esfuerzo para que la nación siga adelante y cumpla el objetivo que se ha trazado, desde Hugo Chávez hasta acá”.
Dos años fuera del país son suficientes para saber cuánto se aprecia la tierra que nos vio nacer.
Cuba para mí es mi patria querida y Las Tunas es el terruño ese que uno siempre anhela, para estar con los amigos, los seres queridos, esposa, hijos y los compañeros que dejé en la Academia de Artes Plásticas y en la sede provincial de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba. Recuerdo a Carlos Tamayo, a Benito Martínez Campos, Leonardo Fuentes Caballín, Nóver Olano, compañeros que sé que me echan de menos y que pronto estaré con ellos nuevamente”.
Y, por supuesto, ya en Las Tunas tendrá tiempo para visitar sus obras.
“Siempre que uno llega al lugar de residencia el primer encuentro es el familiar, que no hay palabras para explicar ese sentimiento tan emotivo que guardan los abrazos. Luego, en las primeras visitas iría a los sitios en los que hay piezas mías: la Fuente del Hotel Las Tunas, un mural en la Escuela Militar Camilo Cienfuegos y un busto que está en la Plaza de la Revolución Mayor General Vicente García González, que fue la primera fundición en bronce en Las Tunas.  Fue una gran experiencia en el taller 14 de junio, donde se hicieron las imágenes de ocho generales que intervinieron en nuestras luchas libertarias”.
El deber cumplido en Venezuela entraña un compromiso para el escultor tunero que seguirá obrando por esa disciplina en su terruño.
“La perspectiva es también seguir trabajando y aportando a mi provincia y mi país todo ese conocimiento que he podido lograr.  Seguiría esforzándome hasta las últimas consecuencias, hasta el último suspiro de mi vida”
En la ciudad de Puerto Píritu, en Anzoátegui, Israel Armando Rivero Barreda multiplica sus conocimientos en diferentes talleres de pintura y escultura y deja su obra creadora en entidades económicas del territorio, donde la misión Cultura Corazón Adentro se fortalece con actuaciones como la de este escultor tunero.

Arepa venezolana, la grandeza de ese alimento tradicional



Caracas (Venezuela).-  Para hablar de Venezuela y sus curiosidades no alcanza el tiempo pues esa nación amiga es rica en cultura, geografía y costumbres.  También, en alimentos inigualables, como es el caso de la arepa, considerada el mejor desayuno del mundo.
Desde un extremo hasta el otro del territorio bolivariano, ese manjar marca los pasos diarios de quienes aquí viven.  Y también involucra a personas de otras nacionalidades, contagiadas por el rico sabor de la arepa.
Constituye parte de su cultura y su presencia sistemática en la mesa es muestra de un sentimiento especial que une a todos, más allá de religiones, ideologías, lugar de residencia o nivel cultural.
Es fácil hacerla; todos saben prepararla.  Y todos la consumen, incluidos los niños pequeños, a los que se ve en la calle o en diferentes puntos de venta disfrutando mientras comen. Por cierto, hasta a los lactantes se les contenta con un “No llores, que mamá te da tu arepita”.
Su preparación se remonta a los ancestros indígenas que poblaron estas tierras, quienes las hicieron con maíz, en vasijas de barro; y aunque hoy se preparan de diferentes formas, ese método primigenio aún se emplea en comunidades rurales o perdidas en la inmensa geografía nacional.
Es compañera fiel de los venezolanos, reina de los desayunos, y excelente acompañante en meriendas, almuerzos y cenas, a los que enriquece con sus inigualables sabor y olor.
Suelen comerse rellenas con queso, mayonesa y mantequilla, carne mechada, asado, jamón, huevos, verduras, caraotas (frijoles) o con cualquier otro alimento; y son tan ricas en nutrientes que la sensación de saciedad perdura por horas.
Rara es la persona que visita a Venezuela y no se come, al menos, una arepa, símbolo de la identidad cultural del territorio, aunque se presenten de varias formas, según la región del país en la que se elabore, y del gusto de la gente, casi siempre transmitido por costumbres familiares.
Incluso, los inmigrantes que residen acá han adoptado la arepa a la perfección y la mezclan con elementos de su gastronomía local. Por ejemplo, algunas comunidades europeas, la untan con chocolate fundido y crema de almendras. Los libaneses, con orégano y aceite de oliva. Y los griegos las rellenan con acelgas y aceitunas.
Recientemente, ese alimento tradicional de Venezuela fue seleccionado como el mejor desayuno del mundo, no solo por su origen e historia, sino por su relleno que garantiza estar satisfecho casi todo el día.
Estos elementos y el valor sentimental y familiar de las arepas, hacen que la mayoría de la población las busque, y que en un momento de hambre, las evoquen como la cima del arte culinario nacional y es que – reitero- ese manjar une a todos, por encima de ideologías, sexos, nivel cultural, responsabilidad social o lugares de residencia.
Es, sencillamente, la mezcla de sentimientos, historia, costumbres y mucha pasión.
Variantes en la elaboración de las arepas:
Aunque la arepa está extendida por toda Venezuela, su elaboración posee muchas variantes y formas de presentación.  Y más que de la región del país, depende del gusto de la gente.
A la hora de preparar la mezcla, los comensales pueden decidirse por estas formas:
-      Arepita dulce: Se prepara con anís y papelón. Se hacen delgadas y se colocan en aceite hirviendo de manera que las cubra. Se sabe que están listas cuando se tornan doradas y se abomba la superficie.
-      Arepa de coco: Su concha es dura y su interior es muy suave. Su cocción es sobre parrilla y budare o plancha. La masa se coloca sobre una hoja de uva de playa o de plátano. Lleva coco y papelón.
-      Arepa de chicharrón: Lleva chicharrones triturados y mezclados en la masa.
-      Arepa de queso: Con queso rallado incorporado en la masa.
-      Arepa aliñada: Cuando se le añade huevo, papelón, queso, y polvo para hornear.
-      Arepa de plátano maduro: Se le agrega a la masa, plátano o bananos maduros. Sobre el budare, se coloca una hoja de plátano, y luego la masa.
-      Arepa de trigo: Típica de la región Andina. Se elabora con harina de trigo en lugar de harina de maíz. Pueden ser saladas o dulces.
-      Tumbarranchos: Son elaboradas el día anterior. Se rellenan con una lonja de mortadela, se rebozan en una mezcla de harina, huevo y otros condimentos, y se fríen en aceite caliente para luego rellenarlas con queso blanco y/u otros ingredientes, como pollo, carne o cerdo al gusto, vegetales y salsas.
Para los rellenos de las arepas, las opciones son interminables y varían de acuerdo con la creatividad del cocinero y el comensal. El procedimiento es sencillo, se abren con un cuchillo como si fueran un pan cualquiera, se rellenan con lo que se desee, y se comen calientes.
Cuando no llevan esos ingredientes, les llaman "viuda" por aquello de encontrarse sola. También se les conoce como “pelá”.
Pero, las más codiciadas son las que se preparan rebozadas de carnes, quesos, mariscos, verduras y otros alimentos.
-      Reina Pepiada: gallina o pollo y aguacate con mayonesa.
-      Dominó: caraotas (frijoles) negras y queso blanco duro rallado.
-      Pelúa: carne mechada y queso rallado amarillo.
-      Rumbera: pernil y queso rallado amarillo.
-      Catira: pollo y queso rallado amarillo.
-      Sifrina: gallina o pollo y aguacate con mayonesa, como la reina pepeada, y se le añade queso amarillo.
-      Perico: revoltillo de huevos, cebolla, tomates y sal.
-      Patapata: queso amarillo, caraotas negras (frijoles) y aguacates.
-      Pabellón: tajadas o rebanadas de plátano frito, caraotas y carne mechada.
-      Rompe colchón: mezcla de mariscos (pulpo, calamar, pepitonas, ostras y camarones).
-      Pernil: pernil, tomate y mayonesa.

La luz que desprende Lisandra, joven manatiense en Caracas



Caracas (Venezuela).-  Una joven del municipio de Manatí, en la provincia de Las Tunas, trabaja actualmente en esta ciudad, donde enseña las técnicas que dominaba en Cuba y, a la vez, aprende cosas nuevas para luego enseñar a sus niños del centro escolar Orlando Canal Santos.
Ella es alegre, y muy risueña, y de su andar y hablar se desprende una luz que ilumina a los demás y que ella misma aprovecha para dar colores a lo que toca, especialmente a los lienzos vírgenes que convierte en preciosos cuadros.
Así la conocí hace pocos días en Caracas, como parte de una exposición de artes plásticas que celebraba el sexto aniversario del nacimiento de la misión Cultura Corazón Adentro, un proyecto social creado el 26 de abril de 2008 por el Comandante Hugo Chávez y que se centró en el rescate de la diversidad cultural en todo el territorio venezolano y de las tradiciones ancestrales que marcan las costumbres y la idiosincrasia de pequeños pueblos o grandes ciudades.
Lisandra Rivero Machado es una joven colaboradora que camina por las calles de la capital venezolana extrañando a su terruño, aunque a cada paso ratifica el compromiso que la trajo a miles de kilómetros de su hogar.
Apenas lleva cuatro meses en el territorio bolivariano y sabe que aún le falta mucho por hacer. Por eso se crece ante la nostalgia que a veces la ronda, como una compañera silenciosa y ríe sin prisas cuando le pregunto en qué piensa durante las noches.
“Esa pregunta es un poco difícil porque todos los días se extraña.  Y aparte de eso, yo digo que tengo un día al mes para tirarme en una cama y llorar porque extraño mucho a mi Cuba, a Las Tunas, a Manatí…”
Casi sin detenerse contó una anécdota que le sucedió a los cuatro días de llegar a Venezuela.
“Cuando desperté y abrí los ojos no reconocí el lugar en el que estaba y pasé como cinco minutos mirándolo todo porque creía que estaba en mi casa y no, estaba en Caracas”.
Aunque hay similitudes, también existen diferencias entre el trabajo que realiza un instructor de arte en Cuba con las acciones que desarrolla en Venezuela y así lo ve esta joven.
“La misión cultural es una gran escuela, sobre todo en lo que es el trabajo directo con la comunidad porque en nuestro país los instructores trabajamos en las escuelas y en las comunidades; pero, aquí trabajamos directamente en la comunidad.  Es un trabajo fuerte, un trabajo que necesita dedicación, que lleva tiempo, que hay que ponerle mucho amor y hay que tener paciencia y comprensión.  Y amar lo que uno hace, sobre todo eso para poder tener buenos resultados.  Pero, se aprende mucho de la comunidad, de las personas, de sus costumbres, de las tradiciones venezolanas. Es algo muy lindo y muy importante”.
Cuando Lisandra llegue a Manatí tendrá muchas cosas que contar y enseñar a sus niños.
“Yo digo que con este tipo de misión se produce una transculturación. O sea, de Cuba traemos a Venezuela y de Venezuela llevamos a Cuba.  Cuando yo llegue puedo aplicar diferentes tipos de trabajos manuales que se hacen aquí, quizás hacer un círculo de interés para que los niños conozcan más las tradiciones venezolanas, cómo es que se trabaja aquí por el calendario festivo, porque es un país muy religioso, así que es algo importante y algo que podrían conocer”.
Precisamente como los niños son sus principales destinatarios, en Venezuela, ha encontrado a muchos; pero, desarrolla una particular relación con dos hermanitas.
“Ellas trabajan conmigo en un infocentro. Son niñas muy autodidactas y les gusta hacer las cosas por ellas mismas.  Estoy trabajando una técnica que se llama papel maché y no la conocían.  Se encantan con eso.  Investigan, hacen cosas… Yo les enseño una técnica en el taller y cuando llego al otro encuentro ya me traen algo hecho de su casa, por sus propias manos, así que es muy bueno todo”.
En Caracas o en Manatí, Lisandra Rivero Machado se siente útil y dispuesta a aprender tanto como lo que enseña. 
Esta joven llegó a Venezuela hace apenas cuatro meses y ya acumula una bonita experiencia que amplía cada día con la cotidianeidad de sus acciones, las que espera multiplicar hasta el fin de su colaboración como parte de la misión Cultura Corazón Adentro y de manera especial como artista de la plástica.
Precisamente ya cautivó al público venezolano con un cuadro con la técnica de pincel seco sobre lienzo, que lleva por título Yo Frida, a partir de la relación que establece entre la obra de la pintora mexicana Frida Khalo, relacionado con la maternidad.
Y, de seguro, tendrá otras lindas experiencias.