¿Quién soy?

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Licenciada en Periodismo por la Universidad de Oriente en Santiago de Cuba, en el año 1994, y Máster en Ciencias de la Comunicación por la Universidad de La Habana, en el año 2009. Esta es una página personal, dedicada a mi querida ciudad de Las Tunas, en Cuba, y con las puertas abiertas a otros sitios de la provincia, que lleva igual nombre. Espero que sigamos compartiendo imágenes, historias, anécdotas y proyectos de la tierra que nos vio nacer o que nos acogió como hijos propios. Ah, ahí les dejo varias fotografías de los 8 municipios tuneros.

domingo, 30 de enero de 2011

Detalles de la nueva geografía de Cuba


El año 2011 comenzó con otra geografía para nuestro país. Y aunque se dijo muchas veces en los diferentes medios de prensa, todavía la curiosidad nos hace preguntarnos cómo quedó el territorio nacional luego de la última división político-administrativa.

Si les interesa saberlo, ya les explico… Ahora tenemos dos nuevas provincias, las de Artemisa y Mayabeque. Ellas sustituyen a La Habana, territorio al que muchos de las provincias orientales llamábamos Habana Campo. Y lo que conocíamos como Ciudad de La Habana recupera su nombre original, el de la capital de todos los cubanos: La Habana.

Son ahora 15 las demarcaciones provinciales y mantenemos un Municipio Especial, Isla de la Juventud. En esos territorios vivimos 11240841 cubanos, con cierre 31 de diciembre del pasado año.

Nuestro país tiene una extensión de 109886 kilómetros cuadrados. Las provincias más grandes son, en ese orden, Camagüey, Matanzas y Holguín. Mientras, los territorios más pequeños son La Habana, Isla de la Juventud y Mayabeque.

En extensión, Las Tunas ocupa el noveno lugar, con poco más de 6595 kilómetros cuadrados. Y vaya curiosidad… también ocupamos el noveno lugar en la cantidad de habitantes, con unas 536000 personas. Los territorios más poblados son La Habana, Santiago de Cuba y Holguín. En cambio, los menos habitados son Isla de la Juventud, Mayabeque y Cienfuegos.

Para terminar, les recuerdo que el río de mayor longitud es el Cauto, la mayor cueva es la Gran Caverna de Santo Tomás y que la elevación más alta es el Pico Real del Turquino. Ah, y que ahora Cuba tiene solamente 168 municipios al sumarse Varadero a Cárdenas.

lunes, 3 de enero de 2011

WikiLeaks: sobre la libertad de información y la descontextualización de la historia

Enrique Ubieta Gómez

No vale la pena discurrir sobre las buenas o malas intenciones de quienes nos acercan un trozo de verdad. Agradecer, y punto. La verdad siempre es revolucionaria. En los últimos meses el imperialismo ha quedado al desnudo, en miles de documentos secretos o confidenciales que ha revelado WikiLeaks. Lo que todos sabíamos, y ellos –en una combinación de fuerza cínica--, no negaban, satisfechos de la sospecha que infunde miedo, pero decían: pruébalo. Aquí están las pruebas, aunque traspapeladas en miles de folios y de palabras vacías. Algunos cables muestran que la diplomacia imperial es una combinación de espionaje, chantaje y burdas intromisiones en los asuntos internos de sus “amigos” y enemigos. Otros revelan asesinatos alevosos en Afganistán y en Iraq, y la complicidad de los políticos que se autodenominan demócratas en Europa, con el asesinato y la tortura. Los grandes medios hechos para desinformar sesgan sus contenidos y enseguida empiezan a “olvidarlos”. Por eso, esos cientos de miles de documentos deben conocerse, estudiarse, divulgarse entre nosotros, las víctimas actuales o potenciales. Mientras, la maquinaria trasnacional para la reconstrucción de la noticia selecciona y manipula la información, y luego la entierra, para centrarse en la figura de Julián Assange. Porque la pregunta que se hacen los gobiernos implicados y sus medios no es si el ocultamiento sistemático por un Estado de crímenes impunes es o no es en sí un crimen, sino su absurdo opuesto: si revelar ese crimen es un crimen.

Y es aquí que quiero reflexionar sobre otra arista de un fenómeno, que sigue una línea de comportamiento bien definida desde los años noventa del pasado siglo: la llamada desideologización de la verdad y la mentira, del bien y del mal. Quizás el término no sea exacto, dado que el concepto de ideología acepta varias acepciones. Digámoslo en términos menos confusos: la descontextualización de los hechos históricos. La extirpación conciente de todo sentido opresor o liberador, clasista, en el análisis. De inmediato abro un paréntesis para introducir una afirmación que comparto plenamente: el fin no justifica los medios. Ser revolucionario no es el compromiso con una teoría, sino con una ética (que la teoría si es auténtica respalda), y debe existir siempre una consecuencia entre fines y medios. Los revolucionarios que han violado o confundido su compromiso ético, han dejado de serlo. Por eso es que la verdad es revolucionaria: la verdad y la justicia no pueden ser ajenas. Y no lo son, porque la verdad social no es como la manzana de Newton: no cae irrevocablemente hacia abajo. Todas las supuestas verdades científicas que respaldaron la opresión humana se revelaron como falsas: desde las diferencias raciales hasta el llamado darwinismo social. La verdad social o procura la felicidad humana, o es mentira.

El primer y más abarcador intento postcomunista –para hablar en términos cercanos a los teóricos de la desesperanza--, de borrar todo análisis de contexto, fue la sustitución de conceptos como fascismo o comunismo, por el de totalitarismo. La sustitución de las esencias, por “ciertas” formas. Es lo que nos permitiría decir que en España y en Chile hubo transiciones cuando en realidad, en esos países –momentáneamente vencidos los movimientos de resistencia--, se produjeron simples cambios de forma en la implementación del capitalismo y de su represión interna. Tanto es así, que fueron Franco y Pinochet quienes lo diseñaron. Pero en última instancia el sistema puede prescindir de servidores como ellos. Precisamente, entre los antecedentes de esta posición abstracta hallamos a un magistrado español, ampliamente promovido por los medios: Baltasar Garzón. La orden de detención contra Pinochet durante su paso por Londres, moralmente irreprochable, y ampliamente aplaudida por todos los hombres y mujeres honestos del mundo –para no referirme a la izquierda--, era una acción incuestionable, incluso para una derecha que deseaba deshacerse de su ominoso pasado. La inmediata promoción mediática que tuvo el hecho, ubicó a Garzón como un Superman real, una representación de la Justicia Humana (casi Divina), por encima de tendencias sociales o intereses terrenales. Fijada en la mente de los ciudadanos esa imagen, Garzón entonces continuó su deambular “justiciero” de un lado y del otro del espectro social: contra la guerra sí, la de los invasores y la de los invadidos, la de los opresores y la de los oprimidos. ¿Habría podido Garzón irrumpir en el escenario internacional como héroe si el detenido en Londres no hubiese sido Pinochet, sino Henry Kissinger, al margen de su manifestado deseo de hacerlo? ¿La justicia británica se hubiera atrevido a procesarlo? Los invasores, los opresores, tienen los recursos –la fuerza del dinero, de la prensa y de las armas--, para eludir y enterrar las acusaciones; los invadidos y oprimidos, no. Pero, ¿acaso la actuación individualizada de Garzón no apela a las mismas razones que el Gobierno estadounidense para atribuirse la ejecución de una Justicia supranacional, casi Divina, previa división de la Humanidad en buenos y malos, según sus intereses?

Pasado el torbellino mediático de los documentos imperiales revelados por WikiLeaks, los acusados claman con aparente sentido de equidad: esperamos ahora que aparezcan los documentos secretos de los estados “enemigos”, de los movimientos de oposición al Capital. En un mundo tan brutalmente manipulado, tan orweliano, estos hechos producen infinitas sospechas, y los medios se complacen en divulgarlas también. Los que sospechan –y sospecho que entre estos hay también expertos manipuladores--, suelen considerarse paranoicos adictos a las teorías de la conspiración. Si hubiese alguna porción de verdad en lo que dicen, queda así desacreditada. Pero no se trata de atribuir “malas” intenciones a quienes entienden literalmente –el sistema jamás es literal, recuérdese esto--, los principios de la libertad de información o de la justicia sin fronteras. De alguna manera, los “locos” siempre pueden mediatizarse o en su defecto, enjuiciarse: los individuos son prescindibles. Tan prescindible era Pinochet como Garzón, que no lo dude, si es que quiere de verdad hurgar en el pasado franquista. Que Franco no era chileno, sino español. E igual de prescindible es Julián Assange. La discusión no es si son o no personas sembradas para servir oscuros intereses, eso qué importa, si parten de principios abstractos. Ellos creen en lo que hacen, supongo. Si es sincero, Julián Assange es un kamikaze de la libertad de información, una persona que se tomó en serio un slogan publicitario del capitalismo, que nunca fue concebido para más. Assange y Garzón se parecen más a los héroes de los comics, que a los de las grandes batallas sociales de la historia humana. En un mundo donde los grandes medios existen para construir estados de opinión, y conducir como rebaño a las masas, que Assange crea en la libertad de información parece una locura. Ha sido apresado, por un delito fabricado, creo que de acoso sexual. Hasta una sueca que viajó hace meses a La Habana a entrevistarse con nuestros ilustres mercenarios, aparece como acusadora.

La verdad que han difundido, repito, es bienvenida. Pero los dueños de la pelota y el guante en asuntos de Internet –frase cubanísima, que alude a los niños del barrio que no saben jugar béisbol, pero nadie puede sacarlos del equipo porque son los que aportan los implementos deportivos--, saben cómo revertir el contratiempo, y convertir ese hueco negro de la “libertad de información”, en instrumento manipulador de la verdad. Si los dejamos, claro. Si nos permitimos olvidar los documentos divulgados. Assange y sus seguidores quizás comprendan esta vez que el único proyecto social que necesita la verdad es el socialismo. Que la verdad no es neutra. Y la justicia tampoco.

Wikileaks: Autogol en Suiza y silencio en La Habana

Iroel Sánchez

Nyon es una pequeña ciudad suiza, ubicada algo al Norte de Ginebra. Aunque Nyon tiene una historia bastante antigua –se dice que fue fundada por los romanos- su notoriedad contemporánea está asociada al hecho de ser la sede de la Unión Europea de Fútbol, la célebre UEFA que organiza la copa homónima. Pues, hablando en términos futbolísticos, la localidad suiza de apenas 17 000 habitantes ha sido el escenario de un autogol para la diplomacia norteamericana.

Resulta que a Nyon ha ido a residir uno de los autores de los cables dados a conocer por Wikileaks, el señor Michael Parmly, ex Jefe de la Oficina de Intereses de Estados Unidos(SINA) en Cuba. En una reseña biográfica, publicada por el gobierno estadounidense, no se recogen vínculos del señor Parmly con el fútbol, aunque sí aparecen otros datos interesantes que lo ubican, en momentos claves, en lugares donde han ocurrido acontecimientos de alto interés para Estados Unidos. Por ejemplo, de febrero a mayo de 2003, el señor Parmly sirvió como representante del Departamento de Estado en Kandahar, Afganistán, y de 1987 a 1989 fue Consejero Político en Rumania. Obvia decir que en ambos países estaba sucediendo, durante la presencia de Parmly, lo que EE.UU. denomina un “cambio de régimen”, exactamente lo que el vecino del Norte proclamó como su política oficial hacia Cuba durante la época en que el actual inquilino de Nyon residió en La Habana. El ahora diplomático retirado es descrito como profesor de estudios de Seguridad Nacional en el National War College, especializado en situaciones “posteriores a conflictos”, algo que puede explicar su obsesión por el futuro de Cuba en los cables que envió desde La Habana y que expusiera en una entrevista al Miami Herald, recién llegado a la Isla, el 25 de diciembre de 2005, al afirmar: “mi interés es el futuro”.

No sabemos si por vanidad, por prepotencia, o porque como él mismo dice, cree en el “puntillismo”, el señor Michael Parmly ha salido a anotarle desde Nyon un autogol a la ya bastante castigada portería del Departamento de Estado. El hecho es que en una entrevista al diario suizo Le Temps míster Parmly dijo que se “molestaría mucho si las numerosas conversaciones que he mantenido con la bloguera Yoani Sánchez se publicasen”. Otra vez tenemos que acudir a la biografía del exdiplomático para precisar que concluyó su misión en Cuba en Julio de 2008, cuando apenas comenzaba la arrolladora recolección de premios de la señora Sánchez, pero el máximo representante de Estados Unidos en Cuba tuvo tiempo para “numerosas conversaciones” con la bloguera. Se trata, además, de encuentros secretos porque ni él ni su interlocutora –que supuestamente es defensora de la transparencia informativa y el periodismo independiente, razón por la que le han otorgado quince galardones internacionales- quieren que se conozcan.

Transcurridos varios días de esta revelación, Yoani Sánchez guarda silencio y, como ha sucedido también con su encuentro con la Subsecretaria de Estado Bisa Williams -contenido en un cable publicado por Wikileaks- tampoco ninguno de los medios extranjeros acreditados en Cuba, que muchas veces han actuado como amplificadores de las comas y los puntos escritos por la célebre bloguera, ha recogido la información. Me pregunto si será porque, como el exjefe de la SINA, ellos también han sostenido “numerosas conversaciones” con la afamada personalidad que los supera en premios, dinero y hasta en acceso a los funcionarios norteamericanos, incluyendo al presidente Obama.

Seguramente, después de leer esto –y tomando en cuenta el curriculum de Parmly- habrá quien recuerde que la ubicación de Suiza en el corazón de Europa, su controvertida política de neutralidad, sus instituciones financieras, y su condición de sede de un grupo de organismos de las Naciones Unidas han facilitado su utilización en el cine y la literatura como escenario para historias de espionaje. Casualmente, es Suiza el país donde residió Yoani Sánchez, al emigrar de Cuba por razones económicas, según propia declaración en el perfil de su blog. Pero yo prefería asociar este affaire inconcluso, a Guillermo Tell, la leyenda llevada al teatro por Friedrich Schiller, en que la puntería de un patriota suizo salva la vida de su hijo al atravesar con una flecha la manzana colocada sobre su cabeza. Porque el hecho de residir en Suiza no ha influido para nada en la puntería del señor Parmly, cuyo “puntillismo” lo ha llevado a anotar goles en la portería que custodian cada vez con más trabajo sus antiguos jefes y atravesar el corazón de la credibilidad del fantoche que su “interés en el futuro” ayudó a crear en La Habana.

sábado, 1 de enero de 2011

El nuevo año ya abrió sus puertas

El año 2011 ya es una realidad para todos y comenzando el mes de enero, nos hacemos muchos planes y nos trazamos metas significativas.

Los primeros son los del entorno familiar. Que si el niño termina este año la Universidad… Que si la niña cumplirá sus 15 primaveras. Que si fulanito regresa de una misión internacionalista… Y así… son muchos los propósitos.

Pero, todos los planes implican un sacrificio; o, al menos, un esfuerzo. Para hacer realidad nuestros sueños se requiere estudiar, trabajar, respetar a los que nos rodean y dar cada día un poquito más en el esfuerzo conjunto de avanzar y superar los obstáculos que se nos presentan.

Algo parecido sucede fuera del entorno familiar; pero dentro del contexto nacional. Desde hace algunas semanas se anuncian grandes cambios para nuestro país, los cuales contribuirán a perfeccionar la sociedad que comenzamos a construir en el mes de enero de 1959.

Y como el año que recién comenzó será de numerosos cambios, todos somos responsables de hacerlo mejor.