¿Quién soy?

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Licenciada en Periodismo por la Universidad de Oriente en Santiago de Cuba, en el año 1994, y Máster en Ciencias de la Comunicación por la Universidad de La Habana, en el año 2009. Esta es una página personal, dedicada a mi querida ciudad de Las Tunas, en Cuba, y con las puertas abiertas a otros sitios de la provincia, que lleva igual nombre. Espero que sigamos compartiendo imágenes, historias, anécdotas y proyectos de la tierra que nos vio nacer o que nos acogió como hijos propios. Ah, ahí les dejo varias fotografías de los 8 municipios tuneros.

martes, 22 de marzo de 2016

El verdor y la felicidad de Erenia





En la calle Julio Diéguez, de esta ciudad de Las Tunas, Erenia Escalante González es una mujer feliz aunque a veces la soledad carcome sus energías y sus deseos de hacer siempre un poco más.
Vive rodeada de sus plantas, a las que ama, como una compañía especial.  Cuenta, entre risas, que todas son lindas y que junto a ellas se siente renovada y diferente.
«Tengo muchas flores que me encantan.  Pero, también tengo muchísimas hierbas medicinales. Esta casa es un ir y venir de gente, que necesitan de mí para cocimientos, baños y cataplasmas.  LLegan personas de todos los lugares.  Les dicen, ve a la calle Julio Diéguez, allí está Erenia, habla con ella, que siempre tiene de todo.  Lo que más buscan es salvia, y también, orégano.  Yo les doy todo lo que me piden; pero, también los enseño a usarlas y a sembrarlas para que en otros momentos, cuando necesiten, tengan».
Cuando se levanta, lo primero que hace es ver a sus plantas y saludarlas, como a vecinos, amigos o familiares.
«Siempre estoy atenta, por si necesitan que les eche agua; reviso si nacieron las orquídeas, corto las hojas secas y acaricio sus tallos.  Sin ellas no podría vivir porque me entretienen mucho.  A las frutas las cuido igual.  Por ejemplo, a la mata de limón, que requiere de humedad, le echo agua mucha todos los días.  Tengo mangos, guayabas, platanitos frutas de dos tipos, guanábana, aguacate, coco…».
Para ella, la mamá fue un ejemplo de voluntad y alegría.  Así quiere ser el resto de su vida.
«Eso de las plantas yo lo cogí de mi madre.  A ella le gustaban mucho las matas y las flores.  Yo la miraba y poco a poco me fui enamorando.  Ha pasado mucho tiempo y no me arrepiento». 
Tiene un patio de referencia del movimiento de la agricultura urbana y suburbana, lo que la llena de orgullo pues pudo cumplir con varios subprogramas. 
«Tenía que tener plantas ornamentales, frutales y medicinales.  Y lo logré.  Entre esas alternativas, no hallaría cuál escoger.  Me iría con todas porque todas me gustan.  Son algo muy cerca de mí, me llenan de espiritualidad».
Con el paso de los años, aprendió muchos sobre las plantas pues no había libro de Botánica que dejara de lado.  También se hizo seguidora de la emisora Radio Victoria, a través de la que adquiere conocimientos sobre el tema.
«Un día hicieron una pregunta, llamé y la contesté.  Dije que la flor que más me gustaba es la Mariposa Blanca porque es la flor nacional de Cuba.  En ellas las guerrilleras llevaban mensajes y la verdad es que me encantan.  A veces cuando salgo a la calle llevo una en el pelo.  A mujeres que conozco les regalo y se ponen contentas porque huelen muy bien.  Tienen un perfume muy rico».
A veces, siente que es mucho trabajo para ella sola, en un patio grande, de más de 120 metros de largo.
«Imagina, soy sola, tengo que ir a la panadería y a los mercados a buscar las cosas.  Y me hago todo en la casa.  Lo que pasa es que tengo mucha energía; y siempre quiero ser así».
Esa es la meta de Erenia Escalante González, residente en la provincia de Las Tunas, pequeña de estatura y grande de ánimos, iniciativas y sueños. 
Tiene en su patio la paz que reconforta su alma, en medio de cada jornada.  Y tiene en su corazón mucha bondad, no solo para su hijo, sino para amigos y desconocidos, a quienes da sus guayabas, limones, platanitos y mangos sin pedir nada a cambio y con el corazón henchido de placer.




Y ella es la esposa de Pedro Rogelio



Su esposo es Pedro Rogelio García Suárez, un usufructuario que vive día a día entre cerdos, aves y carneros.  Ella es una mujer de estos tiempos, de las que sonríen y trabajan, de las que no se quedan de manos cruzadas, esperando tiempos mejores.
El amor a su hombre y la voluntad por mejorar la situación económica de la familia, hicieron que María Olano Olano dejara las comodidades de su vida en la ciudad y se trasladara a vivir a una zona periférica de la provincia de Las Tunas.
Es también el mejor apoyo para las ideas transformadoras que se le ocurren a él, siempre en aras de incrementar las producciones.
«Nosotros estamos solos aquí; por tanto, compartimos todos los momentos, siempre juntos, para el trabajo y para las alegrías».
Su vida es un verdadero sacrificio; pero, lo asume como algo natural y con muchas ilusiones.
«Vinimos para aquí sin comodidades y poco a poco fuimos haciendo algo.  Ya tenemos la bienhechuría y eso nos ayuda mucho.  Fíjese que antes veníamos por la mañana y volvíamos por la tarde a la ciudad».
De todos los aspectos cotidianos de la vida, lo que más extraña es dormir bien.
«Pues sí, no se duerme con tranquilidad.  Los animales suenan constantemente y tengo el sueño ligero.  Además, tenemos que hacer guardia porque son muchos.  Imagine, el día entero trabajando y por la noche durmiendo poco…».
Seguramente es más difícil que lo que ella dice.  Pero, todo luce limpio y muy bonito.
«Claro, trabajo mucho.  Y vale la pena.  Siento que hemos mejorado mucho.  Ya tenemos para comer, especialmente la carne, que es difícil tenerla todos los días en los platos. Se pasan muchas dificultades; pero, se mejora».
A pesar de la falta de vecinas para dialogar, y tan lejos del resto de la familia, María está dispuesta a acompañar a su esposo, el tiempo que sea.
«Seguiré con él todo el tiempo.  Mientras esté aquí, yo estaré aquí.  A veces yo me decaigo y él me levanta o viceversa.  Somos un equipo y así seguiremos».
La de ellos es una bonita tarea para mejorar la economía familiar, él desde su condición de productor de alimentos; y ella como firme horcón que le anima, le consuela y lo secunda.

El hombre afortunado que es Pedro Rogelio



Pedro Rogelio García Suárez es un hombre afortunado y de eso no tiene dudas.  Le gusta lo que hace y siente la utilidad de su sudor, de las largas noches sin dormir y de la carne que entrega cada mes para la posterior venta a la población.
Recibió tierras ociosas en usufructo, apenas 2.66 hectáreas que luego amplió hasta llegar a 3.77.  Y decidió dedicarlas a la crianza de cerdos, una tarea difícil; pero, muy valorada, especialmente en los tiempos actuales.
«Tengo dos naves, con capacidad para cien animales.  A veces los tengo todos; pero, cuando hago ventas a la Empresa Porcina, me quedo con menos.  Ahora mismo tengo poco más de 50, aunque llevo muchos pequeños y hay hembras preñadas».
Quien llega a la finca no se percata de la existencia de tantos cerdos pues no hacen ruidos significativos ni hay moscas ni malos olores.
«Eso es porque empleo el método de cama profunda.  Mis puercos apenas consumen agua, solo la que toman. Están sobre una gran capa de paja de arroz y cuando defecan se recogen sus heces y siempre se mantienen limpios los corrales».
Este usufructuario asociado a la Cooperativa de Créditos y Servicios Fortalecida Josué País, del municipio de Las Tunas, incorporó luego aves de corral y carneros y no quiere detenerse; sino que ya solicitó incremento para aumentar los rebaños.  
«Tengo algunos animales y el espacio es poco.  Las aves sí están en una nave cómoda; pero, los carneros están muy hacinados».
Cuenta que su esposa es más que una compañía.  Ella asume muchas tareas para las que se necesita esfuerzo físico, atención y mucho amor por lo que se hace.
«Ella trabaja como yo.  Nos ayudamos.  Es difícil porque el día se mantiene ocupado desde la mañana; pero, nos motivamos.  A veces estamos durmiendo y un animal grita.  Entonces, te levantas como si fueran las siete de la mañana.  Lo mismo pare una puerca a las 12 de la noche que a las tres de la madrugada, y hay que ir a hacerle el parto».
Con los carneros tampoco es fácil. Se sacan después de las 10 de la mañana, cuando el sol aprieta y el rocío se ha ido.
«A ellos les doy una atención especial porque, como te dije, están con poco espacio. Hay varias preñadas y en poco tiempo incrementaré mi rebaño».
Tiene más de 80 gallinas reproductoras de ceba y una veintena de guanajos.  Acopia los huevos y los incuba por 21 ó 30 días, respectivamente. 
«Cuando nacen, vendo las crías a través de la cooperativa y así otras personas también garantizan sus propios alimentos».
El tiempo pasa y Pedro Rogelio García Suárez insiste en entregar toda la carne que pueda a la provincia de Las Tunas.  También se traza metas.
«Quiero declarar mi finquita de Referencia Nacional en el programa de la Agricultura Urbana, Periurbana y Familiar y no paro hasta que lo logre».
Seguramente lo hará pues es un hombre enamorado de su trabajo, emprendedor y eterno protagonista de sus propias ideas.

Obama se fue; pero, en Las Tunas quedan criterios sobre sus palabras



Con respeto y hospitalidad, el pueblo de Cuba recibió a Barack Obama, segundo presidente de Estados Unidos que visita a la Mayor de Las Antillas, después de Calvin Coolidge, quien llegó a La Habana el 15 de julio de 1928.
En la provincia de Las Tunas, a casi 700 kilómetros al este de la capital cubana, miles de hombres y mujeres prestaron mucha atención a sus palabras, especialmente a las que dictó este martes en el Gran Teatro Alicia Alonso.
Robiel Proenza Hernández, presidente local de la Asociación Cubana de Comunicadores Sociales y periodista del canal territorial Tunasvisión: «Sin lugar a dudas, ha hecho una muestra de sus habilidades en la disciplina de la comunicación discursiva, sobre todo en la oratoria.  Me llamó mucho la atención la manera en la que utilizó frases del Héroe Nacional José Martí, cómo lo vinculó al escritor Ernest Hemingway… Reconoció que somos internacionalistas porque dijo que ambos países podían hacer grandes cosas a favor de la humanidad.  Aprecio entendimiento y un diálogo que nos une.  Podemos mantener esas relaciones, como lo dijo el presidente Raúl Castro Ruz, cada uno defendiendo sus criterios.  Ha sido una buena visita y creo que quedará para la Historia».
Arnaldo Gálvez Zaldívar, Vicedirector docente de la Escuela provincial del Partido: «Sus palabras son un aliciente para lo que estamos pretendiendo con el restablecimiento de relaciones entre los dos países; pero, no podemos dejarnos confundir porque los problemas de Cuba debemos resolverlos los cubanos con nuestros propios esfuerzos; y en todas sus intervenciones, Obama demuestra que solo cambian de método.  Es la misma política de destruir a la Revolución y de imponernos los valores de la sociedad capitalista de consumo.  No hay una nación que respete más los Derechos Humanos que la nuestra. En este país no se persigue a nadie ni por sexo, ni por raza, ni por religión».   
Martha Rodríguez Martínez, presidenta del grupo de trabajo temporal para la atención a las actividades electorales: «Todos los cubanos debemos leer ese discurso detenidamente, profundizarlo y analizarlo para no confundirnos porque hay errores que no podemos cometer.  Esta Revolución se ha llevado a cabo con cambios continuos siempre a favor del pueblo, que es el dueño del Poder.  Ningún cubano puede renunciar a su historia y aquí sí hay democracia porque quienes hacen las elecciones son los hombres y las mujeres que nominan y eligen». 


Alcímar Peña Vidal, diputado al Parlamento cubano: «Hemos visto cierto interés en el mejoramiento de las relaciones con la apertura de las embajadas. Es un paso de avance aunque sus intenciones no son los mejores.  Quieren un cambio en nuestro sistema político.  Él insiste en que la juventud sea la protagonista de transformaciones.  Considero que el pueblo cubano fue muy respetuoso.  Si quieren relaciones con nosotros, estamos dispuestos a que así sea; pero los intereses están muy claros y muy marcados». 

Ronald Hernández Torres, médico que combatió la epidemia del ébola en Liberia: «El imperio nunca nos perdonará que hicimos una Revolución socialista a 90 millas de su territorio; por lo tanto, la opinión de Obama no es la opinión del sistema que él representa.  Sí sería bueno que se derogue completamente el bloqueo y que nos devuelvan la Base Naval de Guantánamo. Es muy importante que quiera cooperar con la salud cubana, que quiera multiplicar lo que hemos hecho en muchísimos países del mundo.  Mis parabienes; pero, yo sigo creyendo como el Che, en el imperialismo no se confía».