Conocida en toda Cuba como la capital de la
escultura, la ciudad de Las Tunas, a
690 kilómetros al este de La
Habana, dedica uno de sus espacios más frecuentados a rendir
homenaje perenne a las madres, esas personas especiales que siempre, presentes
o ausentes, están junto a nosotros.
Se trata del monumento erigido en el centro del Parque Maceo, en
el que una joven aparece sentada,
como quien canta, hace cuentos o juega con sus dos pequeños, ajena al bullicio
de los transeúntes, carros y pregoneros y concentrada únicamente en dar y
recibir amor.
Fue develado en 1960 y construido con mármol de la localidad italiana de Carrara, como muestra de respeto
a Brígida
Zaldívar Cisneros, esposa del Mayor General Vicente
García González.
Así
es en otros municipios de la provincia,
donde esas preciosas obras, dedicadas a las madres, son consideradas de alto interés
patrimonial por sus valores artísticos, históricos y sociales y que, aunque silenciosas,
hoy son parte del ajetreo que impone el decursar de la vida, a la vez que se
mantienen en la distancia de los años con iguales colores y significados.
La mayoría de ellas data de la primera mitad del
pasado siglo y se realizaron a partir de gestiones de los Patronatos o
alcaldías, con donaciones de pequeños empresarios y colectas populares y ahora
continúan desafiando el paso del tiempo y las generaciones que las ven como
propias aunque la mayoría de las veces carecen de una flor, depositada por
manos desconocidas y agradecidas.
El de Puerto Padre es un
hermoso busto, erigido en 1946 en el centro de la ciudad, el cual recrea a una
mujer con su bebé en brazos y recuerda una frase del doctor local Ayala Polo en
la que se asegura que la madre es el ser que más fervorosamente debe
reverenciarse.
La escultura
fue esculpida en piedra de capellanía por el español Nicasio Menza Portas,
residente en Las Tunas, con un pequeño pedestal de mampostería y con placas de
mármol empotradas a ambos lados.
El monumento de Amancio se inauguró el día 10 de mayo de
1953, en homenaje a las madres del antiguo central Francisco, hoy Amancio Rodríguez,
y en su construcción se empleó mármol de Carrara, adquirido con el dinero que
se recaudó en verbenas y fiestas populares.
Representa
a una joven que abraza dulcemente al más pequeño de sus hijos, mientras el otro
la abraza a un costado, reclamando su atención.
En el
municipio de Colombia,
en el centro del parque, la madre mira a su hijo con extraordinaria ternura y agradecida
al Club de los Leones de Elia (nombre fundacional del poblado), encargado de su
construcción con la ayuda de todo el pueblo hace muchos años, en el lejano 1949.
Cuidar
y respetar esas obras debe ser, cada jornada, parte del homenaje eterno a
quienes nos dieron la vida; no solo el segundo domingo de mayo sino cualquiera
de los días.
No hay comentarios:
Publicar un comentario