En la calle Julio Diéguez, de esta
ciudad de Las Tunas, Erenia Escalante González es una mujer feliz aunque a
veces la soledad carcome sus energías y sus deseos de hacer siempre un poco
más.
Vive rodeada de sus plantas, a las
que ama, como una compañía especial.
Cuenta, entre risas, que todas son lindas y que junto a ellas se siente
renovada y diferente.
«Tengo muchas flores que me
encantan. Pero, también tengo muchísimas
hierbas medicinales. Esta casa es un ir y venir de gente, que necesitan de mí
para cocimientos, baños y cataplasmas. LLegan
personas de todos los lugares. Les
dicen, ve a la calle Julio Diéguez, allí está Erenia, habla con ella, que siempre
tiene de todo. Lo que más buscan es salvia,
y también, orégano. Yo les doy todo lo
que me piden; pero, también los enseño a usarlas y a sembrarlas para que en
otros momentos, cuando necesiten, tengan».
Cuando se levanta, lo primero que hace
es ver a sus plantas y saludarlas, como a vecinos, amigos o familiares.
«Siempre estoy atenta, por si necesitan
que les eche agua; reviso si nacieron las orquídeas, corto las hojas secas y
acaricio sus tallos. Sin ellas no podría
vivir porque me entretienen mucho. A las
frutas las cuido igual. Por ejemplo, a la
mata de limón, que requiere de humedad, le echo agua mucha todos los días. Tengo mangos, guayabas, platanitos frutas de dos
tipos, guanábana, aguacate, coco…».
Para ella, la mamá fue un ejemplo de
voluntad y alegría. Así quiere ser el
resto de su vida.
«Eso de las plantas yo lo cogí de mi
madre. A ella le gustaban mucho las matas
y las flores. Yo la miraba y poco a poco
me fui enamorando. Ha pasado mucho
tiempo y no me arrepiento».
Tiene un patio de referencia del
movimiento de la agricultura urbana y suburbana, lo que la llena de orgullo
pues pudo cumplir con varios subprogramas.
«Tenía que tener plantas
ornamentales, frutales y medicinales. Y
lo logré. Entre esas alternativas, no
hallaría cuál escoger. Me iría con todas
porque todas me gustan. Son algo muy
cerca de mí, me llenan de espiritualidad».
Con el paso de los años, aprendió muchos
sobre las plantas pues no había libro de Botánica que dejara de lado. También se hizo seguidora de la emisora Radio Victoria, a través de la que
adquiere conocimientos sobre el tema.
«Un día hicieron una pregunta, llamé
y la contesté. Dije que la flor que más me
gustaba es la Mariposa
Blanca porque es la flor nacional de Cuba. En ellas las guerrilleras llevaban mensajes y
la verdad es que me encantan. A veces
cuando salgo a la calle llevo una en el pelo.
A mujeres que conozco les regalo y se ponen contentas porque huelen muy
bien. Tienen un perfume muy rico».
A veces, siente que es mucho trabajo
para ella sola, en un patio grande, de más de 120 metros de largo.
«Imagina, soy sola, tengo que ir a
la panadería y a los mercados a buscar las cosas. Y me hago todo en la casa. Lo que pasa es que tengo mucha energía; y
siempre quiero ser así».
Esa es la meta de Erenia Escalante
González, residente en la provincia de
Las Tunas, pequeña de estatura y grande de ánimos, iniciativas y
sueños.
Tiene en su patio la paz que
reconforta su alma, en medio de cada jornada.
Y tiene en su corazón mucha bondad, no solo para su hijo, sino para
amigos y desconocidos, a quienes da sus guayabas, limones, platanitos y mangos
sin pedir nada a cambio y con el corazón henchido de placer.
1 comentario:
Hola , mi nombre es Manuel Riveros, periodista de Santiago de Chile, y me gustaría mucho poder comunicarme contigo. Mi email es manuel@riverosproducciones.cl
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