Como sucede en
cada mes de mayo, Cuba está a las puertas de otro Ejercicio Meteoro, una
práctica masiva para prepararnos de manera colectiva con vistas a la temporada
ciclónica, que se extiende del primero de junio al 30 de noviembre, y a otros
procesos naturales que pueden ocasionar severos daños a la economía del país y
a la vida de las personas.
Se desarrolla
por la Defensa Civil de
Cuba, desde el año 1986, cuando se hizo por primera vez, y en estas décadas
ha sido una escuela, no solo en la capacitación de la población para el
enfrentamiento a los ciclones sino en la reducción de las vulnerabilidades que
provocan más daños durante inevitables fenómenos meteorológicos como intensas
lluvias, fuertes vientos, sequía, sismos y otros.
Por eso, en
mayo es común ver a todo el pueblo, incluyendo a niños y jóvenes, en labores preventivas
como limpieza de azoteas y alcantarillas, recogida de desechos sólidos, poda de
árboles y saneamiento de canales y zanjas porque, como dice un viejo refrán, es
mejor prevenir que tener que lamentar.
Ahora el
Meteoro será los días 20 y 21, con numerosas actividades teóricas de
capacitación a los Organismos de la Administración Central del Estado, los
Consejos de Defensa, representantes de las organizaciones de masas y otros
factores; y con simulacros prácticos, para que la población aprenda a protegerse,
y a evitar pérdidas de vidas humanas.
La higiene
ambiental, para prevenir focos de mosquitos del género Aedes y roedores, es
también un punto de interés en el ejercicio, teniendo en cuenta que son muy
peligrosos los brotes de enfermedades contagiosas y en ese aspecto, todavía hay
mucho por hacer, no solo un fin de semana.
Esta es una
experiencia única en el mundo. El Comandante en Jefe Fidel Castro
fue su precursor, siempre con la mira apuesta en las personas, especialmente en
los que residen en zonas vulnerables a las inundaciones y las penetraciones del
mar.
En tantos años,
los resultados han sido notables. Unas
veces mejores que otras; pero, los esfuerzos se aprecian cuando se pasa balance
a los daños que ocasionan los fenómenos y se ve que son menores si se les compara
con lo que ocurre en otras naciones del Caribe, zona más afectada por los
ciclones.
Decisivo es el
aporte de todos. Necesario es que la participación no sea solo presencial, sino
evidente en acciones concretas. La
naturaleza cambia y no se deben regalar víctimas; por tanto, la única opción es
estar preparados y alertas.
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