Colombia.- Caminar por las calles de este municipio, al suroeste de la ciudad de Las Tunas, es como hurgar en un baúl lleno de recuerdos que asombran al visitante y a muchos de sus más de 33 800 habitantes, pues poco se sabe de sus historias.
Esta es una tierra rica en esos detalles, que van desde su surgimiento el 26 de febrero de 1916 hasta la actualidad, pasando por un período prácticamente desconocido, allá por el año 1582, cuando el español Jerome de Quesada fundó el vecindario de Tana.
El desarrollo del ferrocarril, sus extensas áreas boscosas y la cercanía del central Francisco (hoy Amancio Rodríguez Herrero) marcaron el surgimiento del poblado, cuando los hermanos Braga-Rionda adquirieron la propiedad de unas tierras para construir un central azucarero.
El dueño anterior solo puso una condición: que la fábrica se llamara Elia, como su esposa. Así se hizo y, del ingenio, el nombre pasó a la comunidad.
Transcurrieron muchos años, y con ellos, el primer combate de las tropas de Ernesto Che Guevara en el llano, en la finca La Federal, el asesinato del joven Cándido González Horta y el triunfo rebelde de enero de 1959.
El 13 de octubre de 1961, hace ya 50 años, se cambió el nombre del territorio por el de Colombia, en clara alusión al país sudamericano. Varios años después, en 1976, la división político-administrativa dispuso que se convirtiera en un municipio de Las Tunas, el más pequeño de todos, dejando atrás más de 40 años de subordinación a Camagüey.
Hoy Colombia registra significativos avances en la educación, cultura y atención médica y cuenta con numerosos profesionales en varias esferas del conocimiento que junto a campesinos y otros trabajadores se enorgullecen de sus raíces.
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