De tan esperado, creemos que el
período vacacional demora mucho en llegar y, cuando ya lo protagonizamos pasa
muy rápido y apenas nos alcanza el tiempo para cumplir nuestras expectativas,
que van desde la solución de problemas que dejamos acumular, hasta el descanso,
pasando por el necesario disfrute.
Así es con los adultos y también con
los niños, para quienes cada amanecer de verano trae nuevas sorpresas y al
anochecer viven el cansancio de un buen día.
Se trata de excelentes jornadas que,
aunque calurosas, pueden llegar con un rato en la televisión, la lectura de un
interesante libro, visitas a restaurantes o juegos con los amigos del barrio;
pero, casi siempre se valoran con viajes a playas, piscinas y ríos.
Las playas de los
municipios del norte son la mejor opción para los tuneros en este verano.
(Yenima Díaz)
Aunque hay otros modos de diversión
para hacer realidad el anhelado regocijo de las vacaciones, en los hogares, se
organizan con exactitud los días en los que las trusas y los shores se combinan
con agua y sol, una mezcla perfecta que gusta a muchos de nosotros.
Son instantes inolvidables para
todos pues la mayoría de las veces implica un buen madrugón, la posibilidad de
compartir junto a la familia y los amigos y un largo viaje hasta la costa norte
de la provincia de Las Tunas,
a 690 kilómetros al este de La
Habana.
Ir a esos esos lugares mágicos y,
sin lugar a dudas, atractivos, se hace posible en el territorio tunero, donde
existe una veintena de playas, seis instalaciones de campismo popular, más de
30 pequeños ríos y varias piscinas en hoteles y moteles de diversos organismos
que premian a los obreros destacados con una estancia allí.
En las piscinas, el
disfrute también es grande para niños, jóvenes y adultos. (Yenima Díaz)
De modo general, todos los
trabajadores tienen días de descanso en el período estival y al reincorporarse
a sus colectivos siempre alguien hace la pregunta de rutina sobre cómo estuvieron las
vacaciones.
Igual pasa con los estudiantes
cuando comienza el curso escolar.
Entonces, la respuesta se asocia a esos días inolvidables de playas,
ríos y piscinas. Fueron buenos si los
vivimos aunque sea en una oportunidad durante todo el verano.
Como el período vacacional todavía
es joven, quedan muchas alegrías por disfrutar y, de seguro, serán temas de
conversación cuando el almanaque imponga el regreso a las actividades
cotidianas.
Los ríos acaparan la
presencia de muchos tuneros que además de agua buscan la frescura de los
árboles que crecen en los alrededores. (Raúl Estrada)
Por tanto, solo resta alistar los
viajes con alegría y prudencia, con optimismo y satisfacción, para que sean
verdaderamente inolvidables, como deseamos durante casi todo el año.
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