Es domingo
en la mañana y en un hogar de la provincia de Las Tunas, a
690 kilómetros al este de La
Habana, los niños están nerviosos de alegría porque dentro de minutos irán
a un sitio especial ubicado en las afueras de la ciudad cabecera, en los alrededores
del Motel El Cornito y
custodiado por el Parque de Diversiones y el Jardín
Botánico.
Niños y
adultos se entretienen admirando patos y flamencos en el zoológico tunero.
(Foto Robiel Proenza)
Esta no es
su primera vez; sin embargo, como si fueran inexpertos, el pecho les late de
emoción por vivir una jornada especial en el lugar, y no es para menos. Hasta a los mayores nos pica la curiosidad
cada vez que visitamos un zoológico, aunque sea modesto como el del territorio.
En esa
instalación viven varias especies, adaptadas a la vida en cautiverio y que causan
placer en quienes las admiran desde hace unos 20 años, cuando a la ciudad le
nació el sencillo centro, que no tiene la magnificencia de sus semejantes en
otras provincias cubanas; pero que ha cumplido su propósito de alegrar a las
familias y especialmente a los más pequeños.
En el de
Las Tunas crece la vida de numerosas especies de la fauna, representativas de Cuba y de otros lugares del
mundo, distantes no solo en la geografía, sino también en el clima, los hábitos
alimentarios y las costumbres de los visitantes.
Este es
pequeño y, lamentablemente está lejos
del centro y de las rutas habituales de los medios de transporte por lo que se
hace difícil la visita; sin embargo, las personas se las ingenian, y buscan
alternativas como hacer el viaje en el único tren urbano que
circula por el territorio.
Niños y
mayores van hasta allá para pasar un rato entretenido y diferente, admirando a
varios tipos de aves, con énfasis en los bellos colores de los pavos reales,
las plumas rosadas de los flamencos o la impresionante estatura de los
avestruces, a los que un pequeño calificó como una gallina enorme con sus
glúteos colorados.
Encuentran
también búfalos, majáes, leones y diferentes especies de monos, los que son las
delicias de la mayoría de los visitantes, no solo por sus acostumbradas
travesuras sino porque los más chiquitos
salen de las jaulas y se acercan a las personas, en lo que constituye una
experiencia inolvidable.
Dentro y
fuera de sus jaulas, los monos son el mayor entretenimiento para quienes
visitan el zoológico de Las Tunas. (Yenima Díaz)
Nuestro
zoológico apenas sobrepasa un centenar de ejemplares y aquí faltan muchas
especies que a los tuneros nos gustaría ver en carne y hueso, como decimos
cuando no nos bastan las fotografías o las imágenes fílmicas, y que sabemos que
existen en otras partes del país.
En lo que
se cumplen esas expectativas de muchos residentes en Las Tunas es preciso que
se solucionen las dificultades en la transportación y que todos nos sumemos a
la intención de los veterinarios, cuidadores y demás trabajadores de la
instalación para que los animales crezcan sanos y se mantengan por mucho tiempo
más alegrando las jornadas de los niños y sus familiares que vuelven al lugar
como si fuera su primera vez.
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