Ya no es
tan habitual; pero, en caminos rurales, carreteras y accesos ferroviarios de
Las Tunas quedan huellas físicas de diferentes situaciones, tristes momentos en
los que perdieron la vida hombres, mujeres o niños.
Eran seres
amados por sus familiares, cuyo sufrimiento se refleja en sencillas o adornadas
cruces que precisan el sitio en el que fallecieron trágicamente una o varias
personas.
Esa es una
tradición que se remonta en el tiempo a muchos años atrás y que ya no se pone
en práctica con nuevos casos; pero, que se concreta con esos monumentos,
algunos casi perdidos en la hierba que rodea a las cunetas y otros limpios y
embellecidos frecuentemente con flores rojas, blancas y amarillas.
Los
levantaron quienes los querían en vida, para rendirles tributo y respeto aún
después de muertos, en lo que constituye una antiquísima costumbre que llegó a
América Latina en la época de la colonización y que ha ido desapareciendo con
el paso del tiempo.
Poner cruces en el lugar
donde mueren las personas de forma trágica, se inició como una forma de
adoctrinamiento que usaron los españoles para inculcar el cristianismo y la
necesidad de simbolizar el descanso del alma de las infortunadas personas
fallecidas de esa manera.
En muchos lugares, ahora
se mantiene como una costumbre que tienen las religiones cristianas para recordar
a los fallecidos en el mismo lugar en el que murieron. Curiosamente no se ponen cruces si el deceso
ocurre en las viviendas o los hospitales.
Pero, también son una
advertencia para que los conductores se alerten y no mueran en las carreteras
por ir a alta velocidad, irrespetar el derecho de vía, manejar bajo los efectos
del alcohol o cualquier otra violación, de esas que lamentamos a diario pues
aún la accidentalidad es elevada.
En nuestras vías ya no se
ven nuevas cruces. De un lado influye el cumplimiento de las normativas
y de otro, la pérdida de la significación que tuvieron en épocas pasadas. No obstante, siguen como espacios simbólicos
que muestran que el
dolor va muy lejos en los corazones y ratifican que deben ser respetadas y
preservadas en su justa medida.
1 comentario:
Que tal, justamente hoy nos encontramos haciendo un trabajo acerca de este tema para nuestra universidad, asi que quiero saber si acaso tu tendras bibliografia que respalde lo que comentas acerca del origen colonial de esta curiosa costumbre, te lo agradeceriamos bastante si pudieras facilitarnos tus fuentes. Muy buena nota felicidades
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