Leticia
Mesa Leyva es una joven como muchos de los que caminan por las calles de esta
ciudad, cabecera de la provincia
de igual nombre, a 690 kilómetros al este de La Habana.
Es alegre,
divertida y sobre todo, risueña. Le
gusta pasear y conversar y estudia cada día un poquito para realizar los
exámenes de ingreso y optar por la Licenciatura en Cultura Física en la
Universidad Vladimir Ilich Lenin.
Pero, ella tiene sobre sus
hombros un bonito compromiso que adquirió ante el pueblo y que sabe honrar a pesar
de sus 17 años de edad.
Es la delegada más joven a la
Asamblea Municipal del Poder
Popular en el territorio, elegida en primera vuelta el 21 de octubre de
2012 y ya sabe cómo combinar su juventud y el nuevo cargo que ahora desempeña
con su trabajo como entrenadora de tenis de campo en el combinado deportivo
Tunas.
De Leticia sobresale su
disposición para “emplear todo el tiempo libre para conocer y aprender. Esa es mi aspiración porque estoy interesada
en cumplir con la voluntad de los electores de la circunscripción 114, del reparto
Velázquez”.
Luego de realizar su
juramento como delegada comenzó a
organizar el trabajo en la base ajustando sus horarios para “conocer a los
integrantes del grupo comunitario, reunirme con ellos, aprenderme todos los
datos de la zona y hacer recorridos para intercambiar con todas las personas
que viven en mi circunscripción”.
“Quiero, cuando haga mis
reuniones, que ellos planteen sus inconformidades y yo trataré de ayudarles con
la solución para que estén satisfechos por haberme elegido”.
Quienes conocen a Leticia
saben que tiene un doble compromiso porque pretende seguir el ejemplo de su
papá, un entrenador deportivo que fue delegado del Poder Popular en el mismo
lugar, luego viajó a Venezuela
en cumplimiento de una misión internacionalista y al regresar fue electo para
otro período en el órgano de gobierno municipal.
Entre risas, la joven
organiza sus proyectos al frente de la circunscripción y se plantea una meta
concreta en jocoso desafío a su progenitor “ser mejor que mi papá”.
Y eso puede ser posible
porque habla de sus deseos de ayudar, de las tareas pendientes, de ideas
frescas que aletean en su cabeza y, por supuesto, de futuro.
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