Escuche aquí las palabras de Miguel Antonio.
Cuando saltó al vacío por primera vez, el 11 de julio de 1976, Miguel Antonio Martínez Cartón sintió que se coronaban sus sueños y que ese día volvía a nacer. Desde unos meses antes se ilusionaba con montar en un avión, desafiar los vientos y la fuerza de gravedad, abrir su paracaídas y llegar vivo y sano a la tierra.
Cuando saltó al vacío por primera vez, el 11 de julio de 1976, Miguel Antonio Martínez Cartón sintió que se coronaban sus sueños y que ese día volvía a nacer. Desde unos meses antes se ilusionaba con montar en un avión, desafiar los vientos y la fuerza de gravedad, abrir su paracaídas y llegar vivo y sano a la tierra.
Con la
emoción de ese instante da rienda suelta a sus recuerdos.
“Yo apenas
era un adolescente y cuando estudiaba en el municipio de
Manatí conocí a unos jóvenes que me dijeron que aquí saltaban en
paracaídas. Yo- muchacho al fin y al
cabo- me fasciné con el tema. Solo había
hablado de eso como cosa de sueños.
Casualmente el fin de semana siguiente hubo saltos y me fui al
aeropuerto y desde ese momento busqué la forma de aprender. Comenzó un curso de un mes, matriculé y muy
pronto hice realidad mis aspiraciones”.
A casi 37
almanaques de ese momento, ya acumula tres mil 362 experiencias en todas las
provincias cubanas y en otras naciones como Chile y Hungría, a donde llegó como
miembro de la preselección cubana de paracaidismo para poner el nombre de
nuestro país en la cúspide. También en
una oportunidad, durante el paso por el occidente cubano de un ciclón mereció
una condecoración de la Cruz
Roja.
“Eso fue en
el año 1981, mientras yo cumplía el Servicio Militar en la brigada aérea de San
Antonio de los Baños. Por los vientos y
las lluvias del huracán Alberto tuvimos que rescatar a algunas personas y luego
nos dieron la medalla por el apoyo que brindamos”.
Cuenta que todavía
se impresiona; incluso, algunas veces ha sentido miedo al momento de salir por
la puerta del avión. Y, por supuesto,
también ha vivido varios sustos.
“He sufrido
seis emergencias en las que el paracaídas principal no se abrió y he tenido que
recurrir al de reserva. La primera
ocurrió cuando tenía 20 años. Fui el
quinto en tirarme y el primero en aterrizar porque no me funcionaban ninguno de
los dos y milagrosamente cuando pude abrir el de reserva estaba a escasos
metros del suelo. Solo fue abrirlo y
llegar, ya estaba poniendo los pies”.
Una de las
mayores atracciones para el público es la acrobacia conocida como vuelo de pájaro,
la que también protagoniza Miguel Antonio.
“Es difícil
y riesgoso por mucha razones. Una porque
el piloto se puede equivocar y pasar muy bajito y uno se enredaría en un cable,
una loma, en diferentes lugares. También
se puede romper la cuerda de 35 metros que me arrastra. El avión me exhibe
sobre el público, a una altura entre 150 y 200 metros. He realizado esa acción en 14 ocasiones, en
Las Tunas, Amancio, Puerto Padre, La Llanita
y Baracoa. Aún hoy me sigue gustando”.
Durante el
año 2012 fue el mejor residente en la provincia de Las Tunas en
la categoría de deportes especiales y su carácter amable y su espíritu de
optimismo hacen presagiar que volverá a merecer esa condición.
Pero, cree
que no ha llegado el momento de la despedida.
“Pienso que
cuando me toque será el momento más triste de mi vida porque de verdad, me
gusta el paracaidismo y lo he sentido en el alma. Llevo casi 40 años y nunca he perdido el
deseo de saltar, lo tengo siempre como el primer día. Me gustaría seguir y romper el récord en
cuanto a edad de saltos, mientras la salud me lo permita”.
La vida del
tunero Miguel Antonio Martínez Cartón gira alrededor de aviones, paracaídas y
saltos desde el cielo. También, en torno
a un riguroso entrenamiento tanto físico como psicológico, en el que siempre ha
contado con el apoyo de su familia.
Orgulloso de
sí mismo y de los jóvenes a los que ayuda a formar, como instructor, cree que
el futuro está comprometido por la escasez de los paracaídas y los altos costos
de una hora de vuelo. Sin embargo, se
siente feliz por el interés que despierta su deporte entre la población y desde
el aire se crece inmensamente en el sentimiento de todos los tuneros.
No hay comentarios:
Publicar un comentario