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Licenciada en Periodismo por la Universidad de Oriente en Santiago de Cuba, en el año 1994, y Máster en Ciencias de la Comunicación por la Universidad de La Habana, en el año 2009. Esta es una página personal, dedicada a mi querida ciudad de Las Tunas, en Cuba, y con las puertas abiertas a otros sitios de la provincia, que lleva igual nombre. Espero que sigamos compartiendo imágenes, historias, anécdotas y proyectos de la tierra que nos vio nacer o que nos acogió como hijos propios. Ah, ahí les dejo varias fotografías de los 8 municipios tuneros.

jueves, 24 de enero de 2013

Miguel Antonio, el más grande paracaidista de Las Tunas



Escuche aquí las palabras de Miguel Antonio.

Cuando saltó al vacío por primera vez, el 11 de julio de 1976, Miguel Antonio Martínez Cartón sintió que se coronaban sus sueños y que ese día volvía a nacer.  Desde unos meses antes se ilusionaba con montar en un avión, desafiar los vientos y la fuerza de gravedad, abrir su paracaídas y llegar vivo y sano a la tierra.
Con la emoción de ese instante da rienda suelta a sus recuerdos.
“Yo apenas era un adolescente y cuando estudiaba en el municipio de Manatí conocí a unos jóvenes que me dijeron que aquí saltaban en paracaídas.  Yo- muchacho al fin y al cabo- me fasciné con el tema.  Solo había hablado de eso como cosa de sueños.  Casualmente el fin de semana siguiente hubo saltos y me fui al aeropuerto y desde ese momento busqué la forma de aprender.  Comenzó un curso de un mes, matriculé y muy pronto hice realidad mis aspiraciones”.
A casi 37 almanaques de ese momento, ya acumula tres mil 362 experiencias en todas las provincias cubanas y en otras naciones como Chile y Hungría, a donde llegó como miembro de la preselección cubana de paracaidismo para poner el nombre de nuestro país en la cúspide.  También en una oportunidad, durante el paso por el occidente cubano de un ciclón mereció una condecoración de la Cruz Roja.
“Eso fue en el año 1981, mientras yo cumplía el Servicio Militar en la brigada aérea de San Antonio de los Baños.  Por los vientos y las lluvias del huracán Alberto tuvimos que rescatar a algunas personas y luego nos dieron la medalla por el apoyo que brindamos”.
Cuenta que todavía se impresiona; incluso, algunas veces ha sentido miedo al momento de salir por la puerta del avión.  Y, por supuesto, también ha vivido varios sustos.
“He sufrido seis emergencias en las que el paracaídas principal no se abrió y he tenido que recurrir al de reserva.  La primera ocurrió cuando tenía 20 años.  Fui el quinto en tirarme y el primero en aterrizar porque no me funcionaban ninguno de los dos y milagrosamente cuando pude abrir el de reserva estaba a escasos metros del suelo.  Solo fue abrirlo y llegar, ya estaba poniendo los pies”.
Una de las mayores atracciones para el público es la acrobacia conocida como vuelo de pájaro, la que también protagoniza Miguel Antonio.
“Es difícil y riesgoso por mucha razones.  Una porque el piloto se puede equivocar y pasar muy bajito y uno se enredaría en un cable, una loma, en diferentes lugares.  También se puede romper la cuerda de 35 metros que me arrastra. El avión me exhibe sobre el público, a una altura entre 150 y 200 metros.  He realizado esa acción en 14 ocasiones, en Las Tunas, Amancio, Puerto Padre, La Llanita y Baracoa.  Aún hoy me sigue gustando”.
Durante el año 2012 fue el mejor residente en la provincia de Las Tunas en la categoría de deportes especiales y su carácter amable y su espíritu de optimismo hacen presagiar que volverá a merecer esa condición. 
Pero, cree que no ha llegado el momento de la despedida.
“Pienso que cuando me toque será el momento más triste de mi vida porque de verdad, me gusta el paracaidismo y lo he sentido en el alma.  Llevo casi 40 años y nunca he perdido el deseo de saltar, lo tengo siempre como el primer día.  Me gustaría seguir y romper el récord en cuanto a edad de saltos, mientras la salud me lo permita”.
La vida del tunero Miguel Antonio Martínez Cartón gira alrededor de aviones, paracaídas y saltos desde el cielo.  También, en torno a un riguroso entrenamiento tanto físico como psicológico, en el que siempre ha contado con el apoyo de su familia.
Orgulloso de sí mismo y de los jóvenes a los que ayuda a formar, como instructor, cree que el futuro está comprometido por la escasez de los paracaídas y los altos costos de una hora de vuelo.  Sin embargo, se siente feliz por el interés que despierta su deporte entre la población y desde el aire se crece inmensamente en el sentimiento de todos los tuneros.

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