Muchos años distan ya de aquella
época oscura para las cubanas, cuando las mujeres estaban obligadas por normas
y convencionalismos a permanecer en sus casas atendiendo a los niños y a sus
esposos, entre fogones y bateas repletas de ropa por lavar.
Hubo
organizaciones femeninas; pero, para ellas, los cambios llegaron poco a
poco. La mayoría de las transformaciones
ocurrió de repente, al crearse la Federación de Mujeres Cubanas, FMC, el 23 de
agosto de 1960, hace ya 57 años.
En sus inicios,
fue difícil, muy difícil porque el machismo imperaba hasta en las propias
féminas; había tabúes y muchas autolimitaciones y prejuicios.
Sin embargo, la
máxima prioridad era la plena incorporación de la mujer a la nueva sociedad que
se construía, con ofertas de empleo y la posibilidad, muchas veces negada, de
estudiar una profesión o un oficio.
Y con el paso
del tiempo, la nueva organización se identificó aún más con sus miembros y sus
necesidades, y se avanzó en el pleno
ejercicio de la igualdad de la mujer en todas las actividades; incluso se le
dio más reconocimiento mediante leyes y disposiciones como los Códigos de la
Familia y de la Niñez y la Juventud.
Desde entonces es grandiosa la obra
de la mujer cubana en todas las esferas del desarrollo socioeconómico del país
y más allá de nuestras fronteras mediante las labores solidarias que Cuba lleva
a otras naciones.
Aquí se nos ve en la zafra
azucarera, en las escuelas, con azadón en mano en medio de un campo de
plátanos, en los hospitales y en las unidades militares, femeninas, firmes y
orgullosas por ser útiles también en la defensa de la Patria.
Con el ejemplo de Mariana Grajales
Coello, Celia Sánchez Manduley, Vilma Espín Guillois y otras féminas que
ayudaron a forjar la Patria, las mujeres de Las Tunas ocupan espacios
importantes en cualquier actividad, sin perder la ternura que por naturaleza
nos acompaña.
Mucho queda por hacer, y de eso no
hay dudas. Se trabaja en el fortalecimiento de las estructuras de base, en el
acceso de las jóvenes a los puestos de dirección, en la igualdad de género y en
otros aspectos importantes, que, sin dudas, se cumplirán, con éxito, como
ocurre desde hace 57 años, siempre con la intención de que las féminas cubanas
sean protagonistas activas en la construcción del socialismo.
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