Las elecciones
en Cuba son diferentes por muchos motivos, especialmente porque es el pueblo el
que nomina a sus candidatos, porque ni el Partido Comunista de Cuba ni las
organizaciones de masas postulan a sus representantes y porque las personas
concurren a los colegios electorales por su propio derecho.
Pero, entre
tantos aspectos que nos distinguen ante el resto del mundo hay uno que encierra
el simbolismo de la Revolución Cubana, la confianza en las nuevas generaciones,
la seguridad ciudadana y el regocijo de la mayoría por ser parte del futuro que
construimos, mediante su voto en los sufragios.
Se trata de la
participación de los pioneros en la custodia de las urnas, con sus impecables
uniformes blancos, rojos y amarillos, con una sonrisa a flor de labios; pero,
parados en posición firme y listos para expresar la realización del acto con una
sola palabra que, sin ensayarla, se dice al unísono: «Votó».
En ese sentido, el archipiélago
cubano es único en el mundo. En América Latina, en Asia, en África, en la culta
Europa y hasta en el gran imperio del norte, los días de comicios se
multiplican los uniformados en las calles para evitar manifestaciones,
sabotajes, atentados a los candidatos y el robo de las boletas, que, como se
sabe, también ha ocurrido.
La Mayor de las Antillas no vive eso
en sus sufragios parciales o generales porque desde varias semanas antes, los
niños y adolescentes reclaman por su voluntad, participar en el evento. Y bien
lo saben los padres, abuelos, tíos, maestros, vecinos y las autoridades
electorales de cada circunscripción.
Ellos están ahí, de pie, durante
horas y se rotan con mayor o menor frecuencia, aunque también se organizan para
llevar las boletas a las viviendas de aquellos electores imposibilitados de
llegar al colegio por enfermedad o vejez avanzada como una excelente muestra de
respeto a ellos y de la sencillez del sistema político cubano.
Los pioneros participan en las
elecciones desde el lejano año de 1976 y con el paso del tiempo se perfeccionó
su actuar pues hasta asesoran a los electores sobre cómo efectuar el voto y
cómo se deposita la boleta en la urna.
Su labor es reconocida por todos en
los diferentes procesos eleccionarios que ha vivido la Patria. Así lo hizo
siempre el Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz, quien, cada vez que ejercía su
derecho al voto, tenía una frase de agradecimiento, un gesto de cariño, unas
palabras motivadoras para los niños y adolescentes.
La participación de las nuevas
generaciones en las elecciones es un hecho y no se limita al propio día 22 de
octubre de 2017, cuando se desarrolle la selección de los delegados a las
Asambleas Municipales del Poder Popular.
Ya una representación de la
Federación Estudiantil Universitaria y de la Federación de Estudiantes de la
Enseñanza Media se prepara como colaboradores del proceso y estarán presentes
en las asambleas de nominación, que comenzarán el 4 de septiembre. Con ellos, la historia de Cuba seguirá
enriqueciéndose.
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