Transcurre el 18 de mayo de 1895 y un gran hombre escribe a su amigo, sin imaginar que horas más tarde, la muerte le arrebataría su existencia física.
Era nuestro Héroe Nacional, José Julián Martí Pérez y, en una histórica carta a Manuel Mercado sentenciaba su testamento político: 'Ya estoy todos los días en peligro de dar mi vida por mi país y por mi deber - puesto que lo entiendo y tengo ánimos con qué realizarlo- de impedir a tiempo, con la independencia de Cuba que se extiendan por Las Antillas los Estados Unidos y caigan, con esa fuerza más, sobre nuestras tierras de América...'
Homenajear a José Martí no debe ceñirse a fechas. Pero, por estos días en Las Tunas recordamos con un eterno agradecimiento a quien dio todo de sí, por los cubanos de ayer, los de hoy y los de mañana.
Ese lejano 18 de mayo, el Apóstol dejó inconclusa su carta a Mercado, a quien confesó: 'Sé desaparecer. Pero no desaparecería mi pensamiento, ni me agriaría mi oscuridad'.
¿Quién sabe cuántas otras cosas hubiera escrito Martí si hubiera terminado su carta a Manuel Mercado?
En lo que se considera su testamento político, nuestro Héroe Nacional temía que se extendieran por Las Antillas los Estados Unidos. Pasados unos años se hizo realidad esa denuncia de quien vivió su presente y anunció nuestro futuro.
Desapareció físicamente y desde entonces, sigue viviendo para los cubanos.
Aunque hubo años de silencio obligado, una madrugada de 1953, varios jóvenes, encabezados por Fidel Castro, continuaron la obra de Nuestro Héroe Nacional pues llevaban sus doctrinas en el corazón.
Después del Triunfo de la Revolución, siempre José Martí Pérez ha estado en el lugar que le corresponde, no sólo en la historia de la Patria, sino en el corazón y el pensamiento de cuantos agradecemos su existencia, por la extraordinaria y ejemplar vida que nos regaló.
No hay comentarios:
Publicar un comentario