Vestida mayoritariamente de
rojo y también con algo de azul y amarillo, como la bandera patria, la República
Bolivariana de Venezuela vive este domingo una tensa jornada en la que su
pueblo determinará los destinos de la nación mediante las elecciones generales,
convocadas tras el lamentable fallecimiento del Comandante Presidente Hugo
Rafael Chávez Frías, quien estuvo al frente del país latinoamericano
durante 14 años.
Será un día difícil en todos los
sentidos y eso lo sabe el pueblo, que luego de ejercer su voto estará alerta
porque varias aves de rapiña siguen los intereses de Estados Unidos, el
águila mayor, y pretenden robarle la victoria a Nicolás Maduro
Moros, el hombre humilde que manejó un autobús y que formó su ideología al
lado de Chávez.
Se espera que cuando caiga la noche
la Comisión Electoral Nacional pronuncie el nombre del candidato por el Partido
Socialista Unido de Venezuela en un triunfo aún no ratificado en las urnas;
pero, demostrado en las avenidas de Caracas y en las principales
ciudades de los estados venezolanos, en las que se reunió el pueblo llano, de
manera voluntaria para apoyar al líder socialista y, a la vez, honrar la
memoria de uno de los más grandes guías de Latinoamérica.
Lo saben las encuestadoras y, según
informaciones publicadas en Internet, hasta la inteligencia yanqui está segura
de que el próximo presidente de será Nicolás, el seguidor de Chávez, heredero
político de sus ideas y protagonista junto a él de las grandes obras de la tierra
venezolana.
Lo anuncian desde hace días quienes
ven sus concurridas charlas con el pueblo y aquellos que le demuestran
fidelidad con su presencia, dibujándose un bigote grande y negro o mediante
consignas que riman y hacen confiar en el porvenir: Chávez, te lo juro, mi voto
es para Maduro.
La lucha sigue hoy en Venezuela y su
lucha es la del continente y del mundo, la lucha de los pobres contra los
ricos, la de un hombre fiel contra el adoctrinado por el gobierno yanqui, la
lucha del presente solidario contra el pasado de privatizaciones y pobreza.
Ahora el mundo está expectante;
pero, el pueblo se pronunciará por continuar la historia de solidaridad,
hermandad, servicios médicos y educacionales y viviendas dignas que se escriben
con letras mayúsculas desde hace 14 años.
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