¿Quién soy?

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Licenciada en Periodismo por la Universidad de Oriente en Santiago de Cuba, en el año 1994, y Máster en Ciencias de la Comunicación por la Universidad de La Habana, en el año 2009. Esta es una página personal, dedicada a mi querida ciudad de Las Tunas, en Cuba, y con las puertas abiertas a otros sitios de la provincia, que lleva igual nombre. Espero que sigamos compartiendo imágenes, historias, anécdotas y proyectos de la tierra que nos vio nacer o que nos acogió como hijos propios. Ah, ahí les dejo varias fotografías de los 8 municipios tuneros.

jueves, 26 de octubre de 2017

Ahora sí hay elecciones



Sus manos se mueven inquietas, de un lado a otro; no nerviosas, sí agradecidas. Parecen volar, tal como vuelan sus recuerdos porque, a sus 72 años, Juan Ramos Guerra se mantiene lúcido y orgulloso de sus canas, las que fueron saliendo poco a poco, luego de una vida entregada por completo al trabajo y a su familia.
Nació en esta ciudad; pero, el destino lo llevó a Macuto, en la zona de Vázquez, actual municipio de Puerto Padre, y después se estableció en la comunidad de La Veguita, a escasos kilómetros de aquí.
En tantas vueltas formó una familia de cuatro hijos y varios nietos y a todos inculcó lo más preciado que lleva como ser humano, la honestidad y el amor a la Revolución.
Gracias a su forma de ser, y a esa dedicación al proyecto social del inolvidable Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz, educó a su prole con iguales principios. Los hizo responsables, integrados, y trabajadores.
A ellos les contó más de una vez sus anécdotas de niñez y juventud, para forjarles el carácter fuerte que hoy tienen, y entre tantos temas también estaba el de los procesos eleccionarios de antes y de después, como dice a la etapa posterior al triunfo de enero de 1959.
¿Qué recuerdos conserva de esa época?
«La gente tenía que vender el voto a los políticos y ellos los ponían a nombre de quien quisieran. Les daban dinero y les ponían el nombre a las cédulas y se las llevaban y votaban por quien a ellos les diera la gana.  Había uno que llevó a un hijo a la clínica Loreto y se lo viraron para atrás. Y otro hombre llevó a su hija, no se la quisieron atender y tuvo que ir un dueño de colonia para que la atendieran.  Le mandaron una medicina, y de regreso a la casa; pero, le cogieron el voto».
¿Qué hacían los políticos?
«Tiraban una foto y la ponían. A veces llegaban a los lugares y a veces no llegaban. Ellos hacían lo que realmente les daba la gana».
¿Y con el pueblo qué pasaba?
«No conocían a sus representantes. No sabían por quién votaban»
¿Cómo es ahora?
«Todo es muy distinto, figúrate.  Es el pueblo el que nomina. Nos reunimos todos y elegimos al más capaz, un compañero que sea revolucionario, que sea dedicado a esta Revolución, todos esos principios son los que buscamos, que sea honrado y de vergüenza.  Eso es lo que le importan al pueblo».
¿En la actualidad cómo usted valora a los delegados del Poder Popular?
«Ellos luchan hasta lo último. Ustedes los ven en reuniones, no se les paga un centavo, van para todos los lugares. Preocupación que les presente el pueblo, ellos enseguida andan buscando resolver el problema y van a ver a los directores de las Empresas».
¿Qué pasaría si en Cuba se acaba el socialismo y viramos para atrás?
«Bueno, sería la derrota más grande que pudiera tener este pueblo cubano, que creo que eso no lo vamos a aceptar.  Moriremos; pero, no lo aceptamos. Para atrás nunca»
Al apagar la grabadora, Juan quiso reafirmar sus palabras con una frase que define su fe inquebrantable en la sociedad que lo dignificó como ser humano.
«Después de la Revolución sí tenemos elecciones».

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