Con el inicio, este 10 de octubre,
de la campaña de siembra de tabaco, la provincia de Las Tunas emprende un
importante paso en el propósito establecido desde hace años de continuar el incremento
de la actividad tabacalera, teniendo en cuenta las posibilidades del ramo ante
el creciente auge del turismo en Cuba.
En el período 2017-2018, la Empresa
de Acopio, Beneficio y Torcido de Tabaco prevé plantar alrededor de 900
hectáreas, cifras superiores al plan del período anterior; pero, alcanzables
gracias a la garantía de fertilizantes y otros productos químicos y a la
disponibilidad de todos los recursos humanos.
Intervendrán
en la actividad 468 productores contratados en 56 Cooperativas de Créditos y
Servicios, tres Cooperativas de Producción Agropecuaria y una Unidad
Empresarial de Base, organizadas en todos los municipios tuneros, excepto
Amancio.
En esta
oportunidad, los tabacaleros del territorio prevén cosechar 994 toneladas a
partir de un trabajo intensivo en 26 hectáreas de cultivo tapado y en 968 de tabaco negro sol palo, variedad extendida
en la zona por su fácil adaptación a las radiaciones solares y a la poca
disponibilidad de agua.
Los
productores y especialistas de la provincia pretenden mantener el aumento de
los últimos años y ahora se proponen lograr un rendimiento de 1,7 tonelada por hectárea, para lo
que se hicieron varias acciones de capacitación y se da prioridad a la
aplicación de técnicas agroecológicas que mejoren los suelos y las
plantaciones.
En la pasada contienda la región fue
la mejor del país entre las pequeñas productoras, al obtener 662 toneladas del recurso,
el cual se destinó a la fabricación nacional de cigarros y a la elaboración de
capas de puros para la exportación, rubro de gran demanda en el mercado
internacional.
El
desarrollo tabacalero de Las Tunas se inició en el siglo 18 con pequeños
productores; pero, se reanudó de manera sistemática en la campaña 1993-1994, con el
momento más significativo en la etapa 2005-2006, cuando se acopiaron mil 026
toneladas de la aromática hoja.
La agricultura y la
industria del tabaco son algunas de las actividades económicas fundamentales en
la Mayor de las Antillas, cuyos puros gozan de amplio reconocimiento en todo el
mundo y su consolidación responde a los Lineamientos de la Política
Económica y Social del Partido y la Revolución.
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