¿Quién soy?

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Licenciada en Periodismo por la Universidad de Oriente en Santiago de Cuba, en el año 1994, y Máster en Ciencias de la Comunicación por la Universidad de La Habana, en el año 2009. Esta es una página personal, dedicada a mi querida ciudad de Las Tunas, en Cuba, y con las puertas abiertas a otros sitios de la provincia, que lleva igual nombre. Espero que sigamos compartiendo imágenes, historias, anécdotas y proyectos de la tierra que nos vio nacer o que nos acogió como hijos propios. Ah, ahí les dejo varias fotografías de los 8 municipios tuneros.

sábado, 13 de abril de 2013

Cuantiosas afectaciones provocan cada año las tormentas eléctricas



Por estos días resultan frecuentes las mañanas y tardes con fuertes rayos solares; pero, luego se ponen nubes en el cielo y el ambiente presagia la ocurrencia de tormentas eléctricas lo que implica la adopción de medidas para disminuir las afectaciones que pueden provocar en las viviendas, los centros de trabajo y las escuelas de la provincia de Las Tunas, a 690 kilómetros al este de La Habana.
Varias investigaciones del Centro Meteorológico local confirman que con el inicio del período lluvioso se multiplican esos fenómenos atmosféricos, los que  causan severos daños a la economía estatal y privada y, a veces, ocasionan la muerte de personas por fulguración.
Los territorios desde Camagüey hasta Guantánamo son los más afectados por esos eventos, los que se forman a partir de la inestabilidad en la atmósfera, originados por nubes cumulo-nimbos y acompañados de relámpagos, truenos, fuertes rachas de vientos, lluvias intensas y, en algunos momentos, granizos.
En el territorio tunero, los meses de mayores afectaciones son junio, julio, agosto y septiembre, cuando son múltiples los perjuicios al servicio telefónico, las redes de computación e informática y los equipos electrodomésticos, fundamentalmente.
Según las estadísticas, los municipios de mayor frecuencia de las descargas son los ubicados en el centro de la provincia; o sea, Las Tunas y Majibacoa.  Le siguen Manatí, Puerto Padre y Jesús Menéndez.
Además de los cuantiosos daños económicos a las propiedades estatales y particulares, se registran otros perjuicios más lamentables y son los relacionados con las fulguraciones o muertes por el impacto de los rayos, aspecto en el que el territorio ocupa el séptimo lugar del país. 
Aunque son muchas las consecuencias que acarrean las tormentas eléctricas, los expertos coinciden en que se pueden disminuir a partir del conocimiento de los seres humanos para minimizar sus daños y eso se incluye en el plan de medidas que deben tener todas las entidades.
Por tanto, se recomienda que, ante la ocurrencia de esos fenómenos, se desconecten los equipos electrodomésticos y que las personas se alejen de árboles, rejas y otros elementos metálicos y, además, que permanezcan dentro de las edificaciones.
Con el inicio del mes de abril comienza también una etapa peligrosa porque llegan las tormentas eléctricas y con ellas, muchos daños que pueden evitarse, de manera especial el fallecimiento de personas que a esa hora pescan, realizan labores agrícolas o simplemente se bañan en los aguaceros.

jueves, 11 de abril de 2013

La belleza y dignidad de la palma real

Escuche el audio de la crónica dedicada a la palma real 

A la mayor parte de los niños cubanos cuando les mandan a dibujar un paisaje les nacen varias ideas; puede ser un río, montañas o el mar; pero, casi siempre los primeros trazos frente al papel en blanco corresponden a un alto tronco y a los amplios penachos de la palma real.
Prácticamente ninguno concibe una pintura sin ellas y durante los primeros años poco se sabe de cubanía, historia, tradiciones o de los múltiples usos que tiene esa planta, enaltecida con el título de Árbol Nacional de Cuba y apodada como la reina de los campos de este archipiélago.
Eso indica entonces que a medida que se van haciendo mayorcitos las quieren más pues de ellas aprenden con sus abuelos, padres y maestros; poco a poco saben que viven al pie de las montañas, a la orilla de los ríos, en extensas sabanas, en los valles rodeados de lomas y en patios, parques y plazas de las ciudades y los poblados cubanos.
En la niñez las ven como gigantes y cuando la estatura alcanza la adultez las siguen considerando grandes, altivas, orgullosas, mecidas al compás del viento como en una canción de cuna y; sin embargo, despiertas, atentas al horizonte cual valerosas centinelas.
Nativas de Cuba y de otras regiones cercanas, las palmas reales están en muchas partes de la provincia de Las Tunas, a 690 kilómetros al este de La Habana, especialmente en el área protegida de Monte Cabaniguán- Ojo de Agua, en Zabalo, municipio de Jobabo, donde hasta muertas garantizan la supervivencia de varias especies de aves.
En ellas anidan algunos pájaros en peligro de extinción o endémicos del área, como los  carpinteros churroso, verde y jabao, el catey, la cotorra, el cernícalo y los sijúes cotunto y platanero.
También abundan en el Jardín Botánico de la capital provincial.  Allí el reconocido investigador Raúl Verdecia Pérez las estudia de manera pormenorizada y las hace acompañar de otras 60 variedades de palmáceas, de 14 géneros.
De manera general, se mantienen silenciosas y protagonistas junto a los cubanos a través del tiempo, desde que los indios usaran sus yaguas para armar los bohíos hasta hoy, pasando por los momentos en los que saciaban el hambre de los mambises, curaban diversas enfermedades y su madera daba forma a los ranchos de los campesinos.
En 1849 apareció una palma real en el escudo patrio, diseñado ese año por el poeta Miguel Teurbe Tolón, y desde entonces se venera y respeta por su extraordinaria altura y por la fuerza que tienen al soportar vientos huracanados, de modo que simbolizan la voluntad del pueblo de seguir mirando al futuro a pesar de cualquier dificultad.
Por eso les han cantado poetas y juglares, versos y voces que las describen pero que no encierran su grandeza ni su esencia viva y creciente con el paso de los años, ni su historia, acumulada durante siglos y compartida con las aves que anidan en ellas y que le elogian suavemente  su belleza y dignidad.

martes, 26 de marzo de 2013

En Las Tunas, la radio cubana tiene a un maestro de locutores



Jorge Carbonell López es un Licenciado en Periodismo que nunca ejerció esa especialidad y, sin embargo, es un verdadero hombre de noticias.  Su voz, de un timbre inconfundible y de serena complicidad, llega todos los días a los oyentes de los espacios informativos de la emisora Radio Victoria, en la provincia de Las Tunas, y el pueblo lo espera y lo agradece de manera especial.
“Ser graduado de esa especialidad me ha ayudado mucho.  Uno recibe una cultura general e integral y eso me facilita el dominio de los diferentes géneros del periodismo y las técnicas para hacer entrevistas y dialogar con los invitados sobre diversos temas”.
También se le escucha en Caminos, en labores de narración dramática; como animador en Rumores del Hórmigo, el espacio dedicado a los campesinos; y sosegado y romántico en la lectura de los poemas de Bajo las estrellas, justo a la medianoche.
“Ya llevo casi medio siglo en esta actividad y puedo decirte que he hecho todo tipo de programas.  Empecé con los infantiles, en los que anunciaba los números musicales.  Después vinieron los juveniles, variados, históricos, especializados…”
Hoy es uno de los mejores locutores de la radio cubana y por sus méritos es miembro del tribunal nacional de evaluaciones, en el que ha compartido análisis con diferentes personalidades del medio.
“Yo recuerdo de manera especial al querido locutor Manolo Ortega. Pero, tengo un eterno agradecimiento a los que me han acompañado en la labor porque de todos se aprende para hacerlo cada día un poquito mejor”.
Los reconocimientos y la firmeza de su voz no ahogan en él la ternura por los amigos, la risa sana que contagia a los demás, ni el espíritu constante de superación que lo obliga a estar pendiente de noticieros y otras publicaciones.
“Imagínate, leo siempre los periódicos y en mis ratos libres sigo las noticias en varias emisoras de radio y en los espacios de la televisión.  Además, hago ejercicios de articulación pues es fundamental para tener buena dicción. Hay que hacerlo todos los días, antes de comenzar y mucho más cuando se trabaja tan temprano, porque ya a las 6.30 estoy saliendo al aire con la revista informativa Hablemos de”.
Entre ejercicios de vocalización y la grabación o salida al aire de sus programas encuentra tiempo para dedicar a sus pupilos pues es un convencido educador de locutores.
“Es que de esa forma trato de extender mis modestos conocimientos a las nuevas generaciones y creo que es la vía para preparar el relevo, el cual me parece garantizado con algunos compañeros”.
Junto a sus “muchachos”, recuerda aquellos primeros años de la década del 60 del pasado siglo, cuando era un chiquillo curioso que miraba a través de los cristales de la emisora, a la que entró para no salir jamás.
“Vivía cerca de la emisora cuando estaba en la calle Vicente García, como a dos cuadras.  Yo escuchaba la radio y me interesaba por conocer a la gente.  Había unos cristales grandes y se veía al locutor mientras hablaba.  Iba todos los días por la mañana hasta que un día me mandaron a pasar.  Entré y, ya ves, no salí más”.
Hoy nada le es ajeno.  Escribió programas educacionales e históricos y hasta incursionó como actor, la pasión escondida que aún guarda muy adentro del corazón y que la desarrollaría con agrado… si no fuera por la locución.
“Es lo que más me ha gustado.  Pero, aquí no había cuadro dramático.  Solo salía un programa semanal de ese tipo, El cuento, y en ocasiones incursioné como actor.  También lo hice en Santiago de Cuba, en Holguín, y cuando estuve en la emisora Radio Habana Cuba”.
En la radio, Jorge Carbonell López ha tenido malos momentos, como todos, y también ha vivido situaciones inolvidables que le hacen prometer a los oyentes que seguirá en la actividad mientras tenga fuerza, voz y vista.
Dueño de un don natural, el amigo, maestro, artista… el locutor de varios programas, recibe de su público muchos elogios y con la magia de su voz los convierte en alegría y motivación para seguir regalando cada día su grata presencia sonora.

Meteorólogo o meteorólogo, no tengo otras preferencias






Para los residentes en la provincia de Las Tunas, a 690 kilómetros al este de La Habana, resultan habituales el rostro y la voz de un joven que frecuentemente ofrece a la población la predicción del estado del tiempo.
Su nombre es Alexey Moreno Borges y desde el año 2008 encabeza el Grupo de Pronósticos del Centro Meteorológico local, un colectivo que estudia los mapas y los satélites para determinar el comportamiento de las temperaturas, los vientos y las precipitaciones, entre otros fenómenos.
“Soy Ingeniero Agrónomo, graduado en la Universidad Vladimir Ilich Lenin, de esta ciudad; pero, inicialmente me formé como Técnico de nivel medio en Meteorología.  Me presenté a una convocatoria, me aceptaron y comencé a trabajar en 1997 como observador en la estación meteorológica del municipio”.
En el año 2000 quedó vacante una plaza en el Grupo provincial de Pronósticos y este joven decidido y entusiasmado aspiró a ella. 
“Ahí también me aceptaron y me fui formando como especialista en cursos de capacitación, tanto a nivel provincial como nacional y con el paso del tiempo me quedé al frente del grupo de ocho personas en una labor que ha centrado mi vida en los últimos cinco años”.
Alexey considera que los meteorólogos debes ser muy entregados a su trabajo y enumera sus cualidades, especialmente la preparación especializada y la capacidad de estar alertas en todos los momentos.
“Las 24 horas del día debemos mantener una estrecha vigilancia de las condiciones meteorológicas para poder avisar y mantener informados a los órganos de dirección de la provincia y a toda la población.  Son 24 horas de cada día, durante todos los días de la semana y durante los 365 días del año aunque haya fiestas o celebraciones”.
A sabiendas de que la Meteorología es una ciencia que abarca la Geografía, la Física y la Matemática, asegura que su dominio permitirá hacer un pronóstico lo más correcto posible. 
“La media nacional es de un 86 por ciento de efectividad y en los últimos años, el territorio tunero se ha mantenido con un acierto en los pronósticos superior al 90 por ciento”.
Cuenta Alexey que su momento más difícil en la profesión ocurrió en septiembre de 2008, cuando el huracán Ike golpeó con intensidad el norte y el centro de Las Tunas. 
“Para todo el pueblo tunero hay que marcar un antes y un después del 8 de septiembre de ese año, tanto en la preparación como en la percepción del riesgo frente a los fenómenos atmosféricos”.
Orgulloso por la profesión que realiza y satisfecho por su utilidad, responde pacientemente a todos los que lo interceptan, tanto camino al trabajo como cuando regresa a su hogar, luego de concluir la jornada laboral.
“Siempre me encuentro personas que me preguntan qué frío hizo ayer, cuál fue la temperatura mínima, cuál fue la máxima, dónde llovió más, hasta cuándo tendremos tal afectación; incluso, ya en el mes de marzo me están preguntando si la temporada ciclónica viene activa o no”.
Alexey ocupa sus jornadas en el estudio de las variables meteorológicas, el sondeo de los mapas y el desarrollo de diferentes fenómenos en otras partes del mundo.  Es un meteorólogo convencido y hace de su quehacer diario una bandera que ondea firme en tiempos de sequías, huracanes o tormentas eléctricas y lo reafirma cuando asegura: “Yo sería meteorólogo o meteorólogo, no tengo otras preferencias”.