Jorge Carbonell López es un
Licenciado en Periodismo que nunca ejerció esa especialidad y, sin embargo, es
un verdadero hombre de noticias. Su voz,
de un timbre inconfundible y de serena complicidad, llega todos los días a los
oyentes de los espacios informativos de la emisora Radio Victoria, en la
provincia de Las Tunas, y el pueblo lo espera y lo agradece de manera especial.
“Ser graduado de esa especialidad
me ha ayudado mucho. Uno recibe una
cultura general e integral y eso me facilita el dominio de los diferentes
géneros del periodismo y las técnicas para hacer entrevistas y dialogar con los
invitados sobre diversos temas”.
También se le escucha en Caminos, en labores de narración
dramática; como animador en Rumores del
Hórmigo, el espacio dedicado a los campesinos; y sosegado y romántico en la
lectura de los poemas de Bajo las
estrellas, justo a la medianoche.
“Ya llevo casi medio siglo en
esta actividad y puedo decirte que he hecho todo tipo de programas. Empecé con los infantiles, en los que
anunciaba los números musicales. Después
vinieron los juveniles, variados, históricos, especializados…”
Hoy es uno de los mejores
locutores de la radio cubana y por sus méritos es miembro del tribunal nacional
de evaluaciones, en el que ha compartido análisis con diferentes personalidades
del medio.
“Yo recuerdo de manera especial
al querido locutor Manolo Ortega. Pero, tengo un eterno agradecimiento a los
que me han acompañado en la labor porque de todos se aprende para hacerlo cada
día un poquito mejor”.
Los reconocimientos y la
firmeza de su voz no ahogan en él la ternura por los amigos, la risa sana que
contagia a los demás, ni el espíritu constante de superación que lo obliga a
estar pendiente de noticieros y otras publicaciones.
“Imagínate, leo siempre los
periódicos y en mis ratos libres sigo las noticias en varias emisoras de radio
y en los espacios de la televisión.
Además, hago ejercicios de articulación pues es fundamental para tener
buena dicción. Hay que hacerlo todos los días, antes de comenzar y mucho más
cuando se trabaja tan temprano, porque ya a las 6.30 estoy saliendo al aire con
la revista informativa Hablemos de”.
Entre ejercicios de
vocalización y la grabación o salida al aire de sus programas encuentra tiempo
para dedicar a sus pupilos pues es un convencido educador de locutores.
“Es que de esa forma trato de
extender mis modestos conocimientos a las nuevas generaciones y creo que es la
vía para preparar el relevo, el cual me parece garantizado con algunos
compañeros”.
Junto a sus “muchachos”, recuerda
aquellos primeros años de la década del 60 del pasado siglo, cuando era un
chiquillo curioso que miraba a través de los cristales de la emisora, a la que
entró para no salir jamás.
“Vivía cerca de la emisora
cuando estaba en la calle Vicente García, como a dos cuadras. Yo escuchaba la radio y me interesaba por
conocer a la gente. Había unos cristales
grandes y se veía al locutor mientras hablaba.
Iba todos los días por la mañana hasta que un día me mandaron a pasar. Entré y, ya ves, no salí más”.
Hoy nada le es ajeno. Escribió programas educacionales e históricos
y hasta incursionó como actor, la pasión escondida que aún guarda muy adentro
del corazón y que la desarrollaría con agrado… si no fuera por la locución.
“Es lo que más me ha
gustado. Pero, aquí no había cuadro
dramático. Solo salía un programa
semanal de ese tipo, El cuento, y en
ocasiones incursioné como actor. También
lo hice en Santiago de Cuba, en Holguín, y cuando estuve en la emisora Radio Habana
Cuba”.
En la radio, Jorge Carbonell
López ha tenido malos momentos, como todos, y también ha vivido situaciones
inolvidables que le hacen prometer a los oyentes que seguirá en la actividad
mientras tenga fuerza, voz y vista.
Dueño de un don natural, el
amigo, maestro, artista… el locutor de varios programas, recibe de su público
muchos elogios y con la magia de su voz los convierte en alegría y motivación
para seguir regalando cada día su grata presencia sonora.
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