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Licenciada en Periodismo por la Universidad de Oriente en Santiago de Cuba, en el año 1994, y Máster en Ciencias de la Comunicación por la Universidad de La Habana, en el año 2009. Esta es una página personal, dedicada a mi querida ciudad de Las Tunas, en Cuba, y con las puertas abiertas a otros sitios de la provincia, que lleva igual nombre. Espero que sigamos compartiendo imágenes, historias, anécdotas y proyectos de la tierra que nos vio nacer o que nos acogió como hijos propios. Ah, ahí les dejo varias fotografías de los 8 municipios tuneros.

sábado, 19 de abril de 2014

Milena y Marisol, coincidencias en la vida de dos tuneras


Morán, Lara (Venezuela).-  El amor por la familia y la nostalgia por la Patria están presentes en los colaboradores cubanos que prestan sus servicios en Venezuela y normalmente es así, aunque muy temprano en la mañana comienzan las jornadas para los hombres y las mujeres que llegaron a todos los rincones de esta nación para prestar su ayuda solidaria. 
Cada día, luego de un rápido desayuno, se trasladan a los centros de diagnósticos integrales, consultorios populares, gimnasios, fundos agrícolas, salas de rehabilitación y otros tantos puestos de trabajo y centran sus esfuerzos en la transformación de  las condiciones de vida de los venezolanos.
Pero, en lo más profundo de su alma, y a sabiendas de que cumplen con la misión asignada, recuerdan a los hijos y padres, a los hermanos y amores, las ciudades, la cotidianeidad  y a la gente.
Así les ocurre a dos mujeres tuneras, que comparten muchas similitudes, pues las dos laboran en el Área de Salud Integral Comunitaria Palmares, del municipio de Morán, en el estado de Lara.
Además de su género, color de piel y altruismo, ellas comparten la letra M de sus nombres y el haber dejado en la provincia de Las Tunas un hijo y una hija cada una.
A Milena Gamboa Despaigne, la conocí primero, cuando se sentó a mi lado en un pequeño ómnibus que sorteaba con elegancia las elevaciones larenses hasta Villanueva, una comunidad humilde e intrincada en la que el pueblo se sintió feliz por la presencia de los profesionales cubanos de la salud.
Ya en el lugar alguien me habló de otra coterránea y así me encontré  con Marisol Cedeño Rodríguez, sensible fémina que se emociona con facilidad cuando habla de la familia y de su terruño.
Milena labora como defectóloga en el policlínico Guillermo Tejas, de la ciudad cabecera, y aunque lleva poco tiempo en el territorio bolivariano, ya conoce el peso de la nostalgia.
“Es difícil separarse del seno de la familia y más dejando dos niños con mi mamá, muy difícil.  La comunicación ha sido regular y eso es una ayuda.  De todas formas, a pesar de la nostalgia, hay que cumplir con el deber y eso es lo primero en lo que pienso”. 
Inquisitiva y curiosa le pregunté cómo los imagina en los momentos de recogimiento sentimental y su respuesta mostró una inmensa carga de ternura.
“Los veo como si yo estuviera al lado de ellos.  Quisiera taparlos en las noches cuando van a dormir, bañar a mi niño, recibir los besos de él y verla a ella celosa diciendo que es grande pero que quiere cariñitos”.
Marisol se desempeña como enfermera del hospital Luis Aldana Palomino, en el sureño municipio de Amancio, y aunque tiene hijos grandes, de 18 y 26 años, recuerda entrañablemente a su familia.
“Siempre que puedo los llamo por teléfono.  Cierro los ojos y me imagino a mi nietecito, que lo dejé de seis meses, quisiera besarlo, abrazarlo, que me conociera… A mis hijos quisiera verlos también. Imagino a mi mamá y a mi papá esperándome para el café… Los abrazara y los besara porque los extraño mucho”.  
Milena Gamboa Despaigne y Marisol Cedeño Rodríguez son dos mujeres y madres que centran sus esfuerzos en la atención a los venezolanos, aunque el pensamiento les vuele libre en muchas oportunidades y llegue veloz hasta Cuba para acariciar, desde la distancia, a su familia. Porque eso las impulsa a continuar aquí y a cumplir.

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