A Cuba, Estados Unidos no le perdonará
jamás que en el minúsculo archipiélago vivan tantas ansias libertarias. Así se repetían, una y otra vez, los miembros
del gobierno, los oficiales de la Agencia Central de
Inteligencia y los esbirros batistianos que huyeron cuando la naciente Revolución bajó de la Sierra Maestra y llegó a La Habana.
Tenían razón. No lo perdonaron. Y, por ello, las acciones contra el
territorio nacional no se hicieron esperar.
Se multiplicaron los sabotajes e intentos de asesinato de los
principales líderes y la población civil fue víctima de secuestros de
aeronaves, bombardeos a ingenios azucareros y trenes y quema de cañaverales.
El pueblo cubano se creció en su dolor
y en el apoyo a los combatientes del Ejército Rebelde; por
eso se congregó el 26 de octubre de 1959 y luego de un desfile de cerca de seis
horas llenó la plazoleta del Palacio Presidencial,
para cumplir una convocatoria del líder histórico Fidel Castro Ruz.
Fue un día clave para el futuro de
la Patria porque en esa jornada se crearon las Milicias
Nacionales Revolucionarias (MNR) y porque junto a los habaneros estuvo el
legendario Comandante Camilo
Cienfuegos Gorriarán, quien erizó la piel de muchos con sus palabras llenas
de pasión, y que también se consideran su testamento político pues desapareció apenas
dos días después.
Dijo el Héroe de Yaguajay: «Para detener esta Revolución cubanísima
tiene que morir un pueblo entero, y si esto llegara a pasar serían una realidad
los versos de Bonifacio Byrne: Si desecha en
menudos pedazos/ se llega a ver mi bandera algún día…/ ¡nuestros muertos
alzando los brazos/ la sabrán defender todavía!»…
El pueblo entero aplaudió a
Camilo. Los que estaban presentes en la
plaza y los que no. Han pasado 57 años y todavía se sienten vivas sus palabras.
Ese día, la Mayor de las Antillas se
convirtió en un bastión inexpugnable contra el que se hacen añicos las amenazas
imperialistas. Mujeres, jóvenes y ancianos se dispusieron a empuñar los fusiles
y decidieron que ninguna bota extranjera pisotearía jamás a la Bandera de la Estrella
Solitaria.
Con el paso de los años, las MNR estuvieron
presentes en la Lucha
contra Bandidos, la Victoria de Playa
Girón, y otros importantes sucesos. Luego se transformaron en las Milicias de
Tropas Territoriales con la doctrina militar de Guerra de Todo el
Pueblo.
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