Con la inocencia propia de sus años,
un grupo de adolescentes del barrio, uno entre tantos que existen en la provincia de Las Tunas, desafió las
lloviznas de la tarde para llegar a mi portal, curiosos y llenos de preguntas
sobre un término extranjero que se repite por estos días en Cuba.
Poco sabían de World Learning, una
Organización No Gubernamental (ONG) con sede en los Estados Unidos que ofrece un
Programa de Becas para la Juventud Cubana y que intenta formar líderes jóvenes
para crear una nueva sociedad civil que haga realidad los conocidos intereses de
Washington en la Mayor de
las Antillas.
Les comenté lo que sabía, sin
exageraciones y sin esconder palabras.
Les dije que en la selección de los participantes nada tienen que ver
los Ministerios de
Educación o Educación
Superior y que se violan las leyes establecidas para el intercambio
académico entre las dos naciones.
También, que esa ONG recibe abundante
financiamiento del Departamento de Estado y de la Agencia de Estados Unidos
para el Desarrollo Internacional (USAID), entidad que a lo largo de los años se
ha caracterizado por una actitud violatoria de la soberanía del país,
especialmente por programas desestabilizadores.
Pero, decidimos buscar juntos en
internet y encontramos que al finalizar el curso de cuatro semanas, a los
alumnos se les encarga un proyecto práctico para que lo concreten en sus
lugares de residencia, en desafío a los principios éticos, económicos, sociales
y, sobre todo, políticos.
Leímos los criterios de Alejandro
Sánchez Fernández, uno de los jóvenes que en el año 2015 formó parte de esa
evidente intromisión, quien contó cómo fue seleccionado y todo lo que aconteció
durante el viaje; además, dijo que a su regreso no fue cuestionado ni
perseguido por las autoridades cubanas.
Y fue, justo en ese momento, cuando
recibí una enorme lección de dignidad, de vergüenza, de inocencia convertida en
madurez, de respeto por la Patria y sus héroes y de apego a las raíces, a la
historia y a los símbolos que nos identifican desde que se iniciaron las luchas
contra el colonialismo español.
« ¿Pero, se creen que somos bobos?», « ¡No nos engañarán!» «¡Conmigo que no cuenten para eso!» Las
palabras de los muchachos fueron un estímulo para quienes, como yo, creen en una
juventud que usa piercings y luce tatuajes, que estrecha sus pantalones y que
rompe esquemas; pero, que ama a su tierra y la defiende ante amenazas como la
de World Learning.
Por estos días, los
miembros de la Federación
de Estudiantes de la Enseñanza Media y de la Federación
Estudiantil Universitaria denuncian y piden que no se les manipule. Los
padres y sus profesores también reclaman que dejen a sus hijos estudiar en paz
y construir el camino que ya comenzaron.
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