Fidel y Raúl, en 1974, a bordo del Yate Granma. |
Para las Fuerzas Armadas Revolucionarias, (FAR),
este no es un aniversario más. Incluso,
puedo decir que la fecha no es de regocijo, ni de alegrías. Son 60 años y el 2 de diciembre invitaba a
una gran celebración, con un vistoso desfile militar incluido que se pospuso
para el 2 de enero de 2017.
Es que el paso del tiempo nos
arrebató al Comandante en Jefe Fidel
Castro; la maldita parca nunca se detiene y decidió llevar su anatomía unas
jornadas antes, el 25 de noviembre, por casualidad el mismo día en que surcó
las aguas mexicanas el pequeño Yate
Granma, rumbo a tierra cubana.
El desembarco de los 82
expedicionarios marcó el surgimiento de las FAR, inicialmente un destacamento
guerrillero de pocos hombres; luego el Ejército Rebelde, que hizo
temblar a la dictadura de Fulgencio
Batista y, finalmente, el pueblo uniformado, vestido de verde olivo y
garante de la soberanía de la nación.
Esta institución armada ha sido
poderoso escudo para la defensa de la Patria, tanto en la preparación de la guerra
de todo el pueblo como en el cumplimiento de las disposiciones que se han
adoptado a lo largo de varias décadas, desde el glorioso amanecer del Primero
de enero de 1959.
Fueron azarosos los días
iniciales. A las desventuras en el mar,
que atrasaron la llegada de la embarcación, se sumó la orilla cenagosa, el
hambre y la sed, el desconocimiento del terreno, el acoso de la aviación y
aquel lamentable bautismo de fuego, en Alegría de Pío, que
arrebató la vida a muchos combatientes e hizo dispersar a los demás.
Fidel, al frente de un puñado de
hombres y, apenas sin armas ni municiones, puso en alto la moral combativa de
todos y recordó que habían regresado a Cuba
dispuestos a vencer o a morir en el intento de declarar libre y soberana a la
Patria y de hacer iguales a los hombres y a las mujeres, a los negros y los
blancos, a los de la ciudad y el campo…
Así fue siempre el Comandante de mil
batallas y así son las Fuerzas Armadas Revolucionarias. Sesenta años atrás hicieron historia en el
oriente cubano. Hoy llegan a esta región
del país las cenizas gloriosas de quien supo crecerse ante las traiciones, el
bloqueo estadounidense, la ruptura de relaciones diplomáticas y la invasión por
Playa Girón.
Fue un hombre de firmes convicciones,
que también enfrentó más de 600 intentos de asesinato, el derrumbe del campo
socialista y muchas otras adversidades.
Pero, nunca claudicó y nunca claudicarán las FAR porque sus integrantes
ahora tienen otro compromiso: el de honrar eternamente al invencible Fidel
Castro Ruz.
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