Foto: Leydis María Labrador. |
Si la geografía
majibacoense estuviera llena de flores, Isidro Silva Silva sería un hombre
mucho más agradecido de la naturaleza porque sus pequeñas tendrían alimentos en
abundancia y el resultado de su mayúsculo esfuerzo se multiplicaría.
Pero, la falta constante de lluvias
impide el florecimiento de las plantas y ese hecho provocaría que cualquier apicultor
se rindiera. No, Isidro. Para él, esa
palabra no existe desde que se inició en lo que es su arte: la crianza
de abejas.
Esa es una tarea
ardua, de las más difíciles porque esos insectos pican y cuando inyectan su aguijón,
el dolor se hace insoportable. Sin embargo, el temor no cabe en el pecho de un
hombre delgado, sencillo, y muy consagrado a su labor.
Desde hace algún
tiempo se incorporó a la producción de abejas reinas, las que encabezan cada
colmena, y los beneficios han sido significativos tanto para él como para otros
criadores porque su comercialización es una nueva fuente de ingresos.
Por eso su idea
fue comenzar con unos 50 núcleos, aunque no quiere detenerse pues «ya me han
visitado varias veces para que yo crezca en núcleos y dije que en este año 2018
voy a llegar a 150, para probar. Y si
veo que me da resultados, trataré de llegar hasta los 200 ó 250 núcleos».
La familia es
fundamental para Isidro porque se complementan entre sí; incluso, comparten las
responsabilidades para que los apiarios funcionen bien y cumplan todos los
indicadores.
«Yo tengo un hijo
que se va a encargar de las abejas reinas y así yo me puedo dedicar más a la
miel. Estamos trabajando en eso y
queremos crecer en los núcleos para ayudar no solo al municipio de Majibacoa,
sino a la provincia de Las Tunas».
Progresos ha tenido muchos desde que
tiene el criadero y la firmeza de sus palabras así lo demuestra: «he mejorado
totalmente las producciones de miel porque cambio la reina en el tiempo que me
hace falta . En el año 2016 produje 119
kilogramos por colmena. En el 2017 no
acopié tanta miel porque la seca nos afectó mucho; pero, bastante bien anduve. Tenía un plan de cinco toneladas y un poco más
y produje nueve toneladas y media».
En el territorio
tunero, la producción de abejas reinas ya está garantizada a través de nueve
criadores; pero, no es suficiente. Incluso, muchos de los apicultores no las
cambian en el tiempo recomendado porque no las encuentran, aunque hay quienes
no se suman a ese novedoso método para incrementar las producciones.
La reina es la única hembra fértil
que pone huevos fecundados que dan origen a abejas obreras infértiles y deposita
huevos no fecundados que dan origen a zánganos fértiles. Su función biológica se premia con creces,
cuando endulza a sus criadores mediante la miel y por los beneficios económicos
que obtienen al venderlas a otros apicultores.
Con esa premisa anda Isidro, de un
lado a otro, entre sus colmenas, inmune a las picaduras sobre la piel y con el
corazón henchido de esperanzas porque el bolsillo se llena cada año gracias a
su difícil labor.
No hay comentarios:
Publicar un comentario